Inescrupulosamente, el gobierno calumnia y pronuncia frases cargadas de subestimación y desprecio contra la oposición venezolana. Nos preguntamos, ¿qué pasaría si no existiera una oposición organizada y hartamente disciplinada dentro de la pluralidad democrática? La “revolución”, sabe de las virtudes de esta; pero abusa de ellas. Las fuerzas democráticas opositoras tienen la fortaleza de estar constituidas por derechas e izquierdas. Cualidades, que como paradoja, adolece la “revolución”; que sólo ha demostrado intolerancia y maltrato contra sus oponentes.
Las frases de Elías Jaua, parecieran segregar a los opositores y despojarlos de sus derechos; es decir, les niega ser personas. Esto contraría el Art. 1 de la Convención Americana de Derechos Humanos, que expresa: “1. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de […] opiniones políticas o de cualquier otra índole […]. 2. Para los efectos de esta Convención, persona es todo ser humano.” ¿Será esto lo que incomoda a la “revolución”?
Quien vive considerando que el otro no es persona por ser distinto, pensar diferente, tener filiación política contraria; por vivir, crear, actuar de manera excéntrica; por venir de otro barrio, colegio, ciudad o país; por concepto de raza, pertenecer a un tercer género, venir de estatus social distinto o tener otra creencia religiosa; termina desconociéndose a sí mismo. Además, pudiera ser proclive a delitos contra la vida humana.
La legitimidad de origen no da facultades a ningún gobierno para negar derechos a personas ni para incumplir con la ONU, la OEA, la CADH, Amnistía Internacional o las ONGs. Por consiguiente, si las cúpulas rojas dejaron de entender que los derechos humanos son universales; Venezuela, declara: “persona es todo ser humano.”
Víctor Vielma Molina/Educador/victormvielmam @gmail.com