Las revelaciones de Carlos Ortega

Las revelaciones de Carlos Ortega

El presidente de la CTV relata -en un libro de Alfonso Molina- datos y hechos inéditos de quienes participaron activamente en el golpe y ahora colaboran con el gobierno.  En entrevista exclusiva para Quinto Día descarta la versión del saboteo en la explosión de Amuay y explica por qué.

 La crisis en Venezuela es tan profunda que nos necesitamos todos, porque la República casi está pérdida y el país hipotecado a cubanos y chinos

El libro lleva por título “2002 el año que vivimos en las calles. Conversaciones con Carlos Ortega”. Lo escribe Alfonso Molina, editor de la revista digital Ideas de Babel. En él Ortega revela, con ácida crítica, datos no conocidos como lo que sucedió aquel 11 de Abril, anécdotas sobre los militares en la Plaza Altamira y su paso por la cárcel. “No marchamos a Miraflores para matarlo (a Chávez) como dijeron los chavistas. La oposición venezolana, de ayer y de hoy, no mata ni una mosca”. Ortega destaca cómo fue que se dio, convocada por  Gustavo Cisneros, la reunión en Venevisión esa noche del golpe, cuando a las 9PM Carmona dice que se va a su casa, pero se fue al Four Season y nunca regresó.

Sobre el 11-A, “era prácticamente imposible detener la marcha, no había nadie en esa tarima que dijera ‘no vamos a Miraflores’. Lo linchaban ahí mismo”. Estando en la CTV lo llama Marta Colomina, quien le habla de dos muertos caídos en la marcha, mientras Chávez está encadenado. Logra convencer, luego de varios intentos, a Alberto Federico Ravell para que divida la pantalla.





Más tarde lo llama el general Lucas Rincón proponiéndole una reunión que acuerdan sea en un hotel. Estando allí “tuve una intuición y le dije a Cova: ‘vámonos antes de que llegue Lucas Rincón y su banda’. El Alto Mando militar nunca llegó al hotel, quien sí se presentó a los minutos fue una comisión de la DIM.

Critica con dureza a los militares. “Lo peor es que han permitido ser dirigidos por los cubanos”. Relata lo del dinero que el gobierno le dio al Centro Carter  “no fueron 5 sino 2 millones de dólares”, le dijo McCoy. Resalta que dejó la Coordinadora Democrática cuando terminan el paro sin condiciones y considerando de “bajas de la guerra” a los trabajadores petroleros.

Propuso demorar el arranque del paro. “Se cansaron de llamarme cobarde porque yo les decía que no era el momento”. No niega que la intención era salir de Hugo Chávez.  Por convocar a ese paro es que el Tribunal sentencia a Carlos Ortega a 16 años de presidio. Lamenta que sus compañeros sindicalistas no lo hayan defendido como tampoco los empresarios con Carlos Fernández.

¿Cómo se escapó de la cárcel? Lo cuenta con sencillez: “teníamos 5 minutos para poder salir y teníamos las llaves de todo el penal”. Ah no dejen de leer el paso a paso de esa fuga y cómo 13 perros lo persiguieron porque el uniforme que usó estaba incompleto.

 

La entrevista

¿Carlos Ortega, por qué este libro ahora?

Mira Sebastiana, siempre he hablado sobre el 11 de Abril, pero llevarlo a un libro fue idea de Alfonso Molina. Ante la grave crisis que vive el país es necesario refrescarle la memoria a la gente. Hay muchos amigos que han guardado silencio y participaron activamente el 11-A, pero ahora son grandes colaboradores del régimen.

Chávez era el gran líder de la revolución bolivariana. ¿Qué significa su muerte?

En Venezuela existía un liderazgo y lo representaba Chávez. Y debemos reconocer que hay un gran vacío de liderazgo en la oposición que existirá mientras se manejen de forma excluyente. Lo otro que influye es el nivel de corrupción. Los tiempos que vienen para los venezolanos son muy duros. Maduro busca desesperadamente salir de ese enredo. La única salida es actuando de manera transparente, honesta y clara, ir a un proceso de diálogo, de concertación con los factores de oposición o de la sociedad civil: partidos, medios de comunicación, sector laboral, académico. La crisis en Venezuela es tan profunda que nos necesitamos todos, porque la República casi está pérdida y el país hipotecado a cubanos y chinos.

¿No le da ni siquiera el beneficio de la duda a Nicolás Maduro, que viene del sector sindical?

Antes de venirme al exilio teníamos buena relación. Pero no le doy ese beneficio, porque si tú quieres a los trabajadores, a su familia, a tu país no vas a entregar al movimiento sindical y a los trabajadores al partido de gobierno como lo hizo Nicolás Maduro. Chávez acabó con el movimiento sindical libre y democrático en Venezuela. Creó sindicatos de desempleados, sindicatos patronales oficialistas, dejó de discutir las convenciones colectivas desmejorando las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias y todo eso lo hizo con la venia de Nicolás Maduro. Lo emplazo a que ordene que se discutan las contrataciones colectivas que tienen hasta 10 años vencidas.

Para el ministro Rafael Ramírez lo sucedido en Amuay fue saboteo porque a una válvula le aflojaron unos espárragos. ¿Es tan vulnerable la industria petrolera que algo así pudo causar tantos muertos?

No es, o al menos no era en el pasado. El factor más importante de la industria petrolera era el recurso humano, cuyo trabajador quería más a la industria que a su familia. Esas declaraciones de Ramírez son una falta de respeto con el país y con los trabajadores. Le sugiero al señor Ramírez que se esté una semana metido en una refinería para que sepa algo de cómo funciona. Eso es imposible. Para aflojar esos espárragos o tornillos se necesita al menos dos hombres y tener permiso de la supervisión del área de la zona. Todo el trabajo que realizan tiene un centro de operaciones, donde hay diversos equipos de monitoreo, que detectan cualquier escape de gas. Ramírez lo que tiene que decir es en qué condiciones estaba la válvula de seguridad. Los oficiales de la Guardia Nacional y la gente de Puramin estaban locos denunciando que había fuga de gas y nadie les paró. El único saboteo que ha habido en la industria petrolera la ejecutó Hugo Chávez cuando con un pito despidió a más de 20 mil trabajadores de la industria. Habían máximo 50 mil trabajadores y en este momento la nómina llega a unos 115 mil trabajadores que no conocen nada de la industria, son ineptos, incapaces, comenzando por la directiva de Pdvsa. Lo que más me duele es que si no se disciplina Pdvsa, lamentablemente va a caer en manos de transnacionales, principalmente rusos y chinos. Hay que darle gracias a Dios que en Venezuela no ha ocurrido una tragedia de mayor magnitud que la de Amuay. El régimen introdujo el elemento político en la industria petrolera en 100% Y el alto grado de corrupción que existe en Pdvsa. Muy pocos venezolanos saben que después del 11-A quien propició el diálogo con sectores de oposición y con mi persona en particular, fue el propio Hugo Chávez y varios factores políticos de esa alianza influyeron para que ese diálogo  se diera; testigo de ello fue José Vicente Rangel.

¿Qué hace en el exilio?

Esto no es fácil. Yo lo que tengo aquí es bastante trabajo, una inquietud muy grande por mi familia, por mi país, por los venezolanos. Tenemos que unirnos. Sigo siendo crítico.

¿Después de la muerte de Chávez ha hecho contactos para regresar al país?

Todo el que está en el exilio quiere regresar al país, pero en particular no he hecho ninguna gestión a tal fin. En todo caso mi regreso será para iniciar de manera unitaria el proceso de reconstrucción del país desde el punto de vista moral, ciudadano, político y económico. Está condicionado a que volvamos todos los que sufrimos exilio, a que se nos respeten y garanticen nuestros derechos ciudadanos y políticos, incluyendo la anulación del amañado y vergonzoso  juicio político en mi contra, tal como hizo la democracia con el golpista Hugo Chávez. Carlos Ortega no va a pedir perdón ni clemencia, porque no soy golpista, terrorista, narcotraficante, corrupto ni delincuente. Soy un luchador social, demócrata a carta cabal y no me voy a arrodillar ante el régimen y menos aun a quedarme callado frente al desastre y la tragedia que viven los venezolanos y la patria. Si esas condiciones se dan, mañana mismo estoy en mi país.

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