La Conferencia Episcopal Venezolana exhorta al Gobierno nacional a realizar una revisión integral del sistema penitenciario nacional a fin de eliminar todos los vicios y violaciones a los derechos humanos que hoy día existen en las cárceles del país.
Tal exhortación la realiza a propósito de celebrarse este 24 de septiembre de Nuestra Señora de las Mercedes, bajo cuyo amparo se encuentra la población carcelaria.
En un comunicado suscrito por la Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana, la Oficina de Derechos Humanos de la Diócesis de Los Teques y la Vicaría de Derechos Humanos de la Arquidiócesis de Caracas, se expresa el dolor y la consternación que ha generado la masacre de Sabaneta, en la cal perdieron la vida de 16 personas, y es claro ejemplo de todos los vicios que coexisten en las presiones venezolanas, los cuales vulneran leyes penales y los más elementales derechos humanos.
El escrito califica de dantesca la situación exhibida en Sabaneta. Al tiempo que destaca que es el resultado de una “insuficiencia de la infraestructura carcelaria, la corrupción, el hacinamiento que conlleva violación a los derechos humanos, los enfrentamientos con los cuerpos de seguridad, la existencia de mafias que hacen de las sedes del sistema penitenciario auténticos negocios de armas, drogas, secuestros y otros lucros delictivos, las pugnas de poder y el retardo procesal”.
A continuación el comunicado:
“He visto cómo sufre mi pueblo, lo he oído quejarse y sé muy bien lo que sufre”.
(Éxodo 3,7)
La Comisión de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Venezolana, la Oficina de Derechos Humanos de la Diócesis de Los Teques y la Vicaría de Derechos Humanos de la Arquidiócesis de Caracas, con motivo de la fiesta de nuestra Señora de las Mercedes, queremos enviar nuestro saludo afectuoso y nuestra bendición a los hermanos y hermanas que están en prisión. Igualmente a todas las familias que en nuestro país tienen familiares privados de libertad.
Preocupados ante la realidad carcelaria que se vive en el país, queremos expresarle al pueblo venezolano y a las instituciones responsables de garantizar la vida y los derechos de los privados y privadas de libertad, nuestra preocupación por la situación que acontece en los recintos penitenciarios del país.
Situación dantesca que nos interpela
1. Expresamos nuestro profundo dolor, pesar y consternación por los acontecimientos de violencia que día a día se viven en los recintos penitenciarios del país, acontecimientos que derivan en el trágico desenlace de numerosos muertos y heridos que enlutan a muchas familias y a toda nuestra sociedad. Realidad que se ve reflejada hoy en la terrible situación ocurrida el 16 de este mes en la cárcel de Sabaneta, donde perdieron la vida 16 personas.
2. La violencia es el resultado de una serie de situaciones que año tras año hemos venido denunciado: la insuficiencia de la infraestructura carcelaria, la corrupción, el hacinamiento que conlleva violación a los derechos humanos, los enfrentamientos con los cuerpos de seguridad, la existencia de mafias que hacen de las sedes del sistema penitenciario auténticos negocios de armas, drogas, secuestros y otros lucros delictivos, las pugnas de poder y el retardo procesal.
3. Toda esta situación se evidencia a través de los siguientes indicadores: Según las estadísticas del Ministerio del Poder Popular para los Asuntos Penitenciarios (MPPAP), el 60% de la población reclusa de Venezuela lleva más de dos años en prisión sin recibir sentencia. Según la ministra para Asuntos Penitenciarios de 49 centros penitenciarios, 35 son gobernados por pranes. Según el Observatorio Venezolano de prisiones, las cárceles en Venezuela tienen capacidad para 16.539 privados de libertad, pero tienen una población de 52.933 presos y destacan que en el 2012 murieron casi 600 presos en cárceles venezolanas, la cifra más alta en 14 años.
4. Sabemos de los esfuerzos que el nuevo Ministerio para los Asuntos Penitenciarios viene realizando para impulsar algunas áreas como el área deportiva y algunas otras acciones, pero ante la gravedad sistemática de la situación carcelaria en el país, no son suficiente. El Estado venezolano debe dar respuestas de fondo que lleven a una verdadera transformación de los recintos penitenciarios, donde se promuevan la humanización y la justicia. Se requiere, por tanto, de políticas públicas específicas y de un compromiso de los órganos pertinentes para eliminar el retardo procesal, el ocio, la violencia y la ausencia de formación del personal penitenciario.
Ante esta problemática exhortamos:
La intervención urgente del Estado Venezolano para mejorar las estructuras carcelarias y superar las condiciones inhumanas en las que viven los privados y privadas de libertad. Esto solo se puede lograr si el Estado controla plenamente los establecimientos penitenciarios del país.
A una revisión del sistema penitenciario, con participación de Organismos de Derechos Humanos, de modo que éste sirva para que la persona encuentre el verdadero sentido de su vida y la pena se convierta en una oportunidad de conversión y desarrollo personal y resiliencia.
A multiplicar gestos humanitarios para con esta población recluida: Reconocemos los pasos que se han ido dando en relación a los gestos humanitarios, pero solicitamos que se intensifiquen para que sean muchos más los beneficiarios que puedan recuperar la libertad, hecho que tendría mayor eficacia si fuera acompañado por la agilización de los procesos judiciales. Como son las medidas alternativas de cumplimiento de pena que deben ser otorgadas apegadas a la Ley y sin ningún tipo de discriminación.
Que las autoridades venezolanas investiguen diligente y efectivamente los hechos de violencia ocurridos en los centros penitenciarios, a fin de identificar las causas y sus responsables, y se tomen las medidas más aconsejables para evitar que estos acontecimientos se repitan en el futuro.
La implementación de un diálogo constructivo y armónico entre la sociedad y las autoridades que permita la búsqueda conjunta de soluciones viables y sostenibles en pro de los privados y privadas de libertad.
Incorporar medidas de prevención para reducir la violencia, es necesario reducir el hacinamiento y la sobrepoblación; evitar de manera efectiva el ingreso de armas, drogas, alcohol y otras sustancias ilícitas a los centros penales, establecer una clasificación y separación adecuada de los reclusos; asegurar la capacitación y formación continua y apropiada del personal y erradicar la impunidad.
Que el Estado tome acciones contundentes para erradicar estos males, construyendo una Justicia restaurativa, de lo contrario se convierte en un actor indiferente o cómplices de esta realidad.
Invitamos a todos los fieles católicos ser testimonio de caridad operativa y a orar intensamente a Dios Nuestro Señor por la solución de la crisis carcelaria.
Imploramos la protección de Nuestra Señora de Las Mercedes, por todos los privados y privadas de libertad del país.
Comisión Justicia y Paz / Conferencia Episcopal Venezolana