Con un traje de pantalón y chaqueta a juego con sus pendientes, además de un tocado muy original de color negro, llegó este sábado Beatrice Borromeo a la boda de Félix de Luxemburgo y Claire Lademacher. La joven acaparó todas las miradas, pero no por quién le acompañaba, su novio Pierre Casiraghi, sino por saber llevar el glamour de Mónaco a una boda real en la que el dress code permitía un look, el suyo, muy arriesgado, pero que se llevó todos los aplausos, publica vanitatis.com.
Tatiana Santo Domingo y Gad Elmaleh, mujer y novio de Andrea y Carlota Casiragi respectivamente, han eclipsado a una de las mujeres más desconocidas del Principado y que se ha ganado por méritos propios, y en ningún momento ajenos, el lugar en el que se encuentra.
Pareja de Pierre desde el año 2008, esta aristócrata italiana es el auténtico azote de Silvio Berlusconi. “Trata a las mujeres como si fueran muñecas hinchables. Es increíble que millones de personas todavía no vean el caimán escondido detrás del payaso”, escribió Beatrice Borromeo en el diario digital Il Fatto Quotidiano. Estas palabras no fueron unas simples declaraciones sacadas de contexto, sino una de las balas que esta aristócrata de 28 años escribió en el tercer medio más leído de Italia.
Cara bonita y ‘novia de’, Beatrice no sólo es eso, es considerada una de las periodistas políticas más audaces de su país. Licenciada en Derecho y Economía y con un máster en Periodismo y Ciencias Políticas en su haber, con apenas 20 años debutó en televisión junto a Michele Santoro, periodista y eurodiputado de la época de Romano Prodi, para convertirse en un incómodo obstáculo para Berlusconi. Sin embargo, y a pesar de que Il Cavaliere la nombró persona non grata en las altas esferas, ambos coincidieron en septiembre de 2004 en la boda de Lavinia Borromeo, hermana de Beatrice, con el heredero del imperio Fiat, donde además compartieron mesa y mantel con el piloto de Fórmula 1 Michael Schumacher y la top model Elle MacPherson.
Demandada por Silvio Berlusconi, tal y como ella misma confirmó el pasado mes de enero a ABC, en ningún momento ha medido sus palabras contra el exprimer ministro italiano. Tachándole de “enfermo”, de estar “rodeado continuamente de prostitutas” y de “buscar veinteañeras con las que las que mantener relaciones”, Beatrice ha utilizado los medios italianos como altavoz. Incluso se valió del semanario Panorama, propiedad de Il Cavaliere, donde no le tembló el pulso al escribir, en 2007, que Berlusconi “es la perfecta imagen del mal”.
Emparentada con los Médici
Nacida en 1985, proviene de una familia con linaje aristocrático que se remonta a los Médici. Sin embargo, y a pesar de que su padre, Carlo Ferdinando Borromeo, Conde de Arona, posee la mayoría de las islas Borromeo -situadas en el lago Maggiore, entre Italia y Suiza-, Beatrice es conocida por el pasado y presente de la familia de su madre, los Marzotto, que desde 1836 dirige una de las cuatro empresas textiles más grandes e importantes del país. De hecho, uno de sus tíos, el conde Matteo Marztto, fue dueño de Hugo Boss desde 1991 y ha trabajado para firmas como Missoni o Gianfranco Ferre. Además, adquirió hace unos años Valentino.
Con este currículum familiar, Beatrice Borromeo no es una apasionada del mundo de la moda. A pesar de que en su adolescencia desfiló para Chanel en la Plaza de España de Roma y posó para Cavalli o Valentino, la política ganó terreno en sus intereses. Aunque vive con intensidad la vida monegasca, Beatrice no descuida su trayectoria profesional: este año ha sido contratada por la revista Newsweek como colaboradora y está inmersa en un documental sobre el papel de la mujer en la mafia calabresa, donde trabajará, mano a mano, con el director Oren Jacoboy, nominado al Oscar en 2005.
La discreción sí que existe en Mónaco
Lejos de las cámaras, de las fiestas veraniegas de su hermano Andrea y de la vida desordenada de su tía, la princesa Estefanía de Mónaco, Pierre Casiraghi apenas acapara portadas y siempre se muestra discreto.
A sus recién cumplidos 26 años -el pasado 5 de septiembre-, dicen quienes le conocen que ha heredado la elegancia de su madre Carolina y los ojos azules de su padre, que falleció en un accidente acuático cuando él sólo tenía tres años.
Buen estudiante y conocedor de varios idiomas, los genes le han jugado alguna que otra mala pasada. En febrero de 2012 tuvo que acudir a un centro hospitalario de Nueva York tras una pelea en un bar para curarse los cortes en la cara. Por lo demás, continúa por el buen camino.