El robot Curiosity, que llegó hace un año a Marte para investigar si pudo haber existido vida en ese planeta, ha detectado compuestos orgánicos, pero los científicos no están seguros sobre su origen, dijo a Efe un investigador.
“Todo lo que conocemos hasta ahora de Marte apunta a que puede haber habido vida allí”, señaló Daniel Glavin de la División de Exploración espacial en el Centro Goddard de la NASA en Maryland.
Glavin encabezó el equipo científico que analizó los datos recogidos por Curiosity, y que incluyó a Rafael Navarro González, del Instituto de Ciencias Nucleares en la Universidad Autónoma de México.
Los científicos publicaron su artículo en la revista Journal of Geophysical Research: Planets, al tiempo que la revista Science publicó hoy cinco artículos sobre diferentes aspectos de las exploraciones del Curiosity.
La misión principal del robot Curiosity, que se posó en la superficie marciana en agosto de 2012 y desde entonces ha recorrido cientos de metros en el cráter Gale, es determinar si en el planeta rojo hay pruebas de vida en el pasado o condiciones que la sustenten.
“Es esencial la búsqueda de agua, por supuesto”, añadió Glavin. “Y de compuestos orgánicos, porque sin los bloques básicos de carbono la vida no puede existir”.
El Curiosity recogió en su pala el polvo del suelo en el sitio Rocknest y, después de pasar la muestra por un colador, el material se dividió en cuatro porciones cada una con una masa de 50 miligramos, y se distribuyó en setenta y cuatro copas dentro del instrumento de análisis de muestras de Marte (SAM).
Rocknest, según Glavin, es un área donde se ha acumulado polvo empujado por los vientos, “como las dunas”.
“Este experimento también nos demostró el grado de precisión de SAM”, comentó Glavis, quien describió el aparato como “tres instrumentos metidos dentro de una caja del tamaño de un horno de microondas”.
Para el análisis Curiosity sometió las muestras a la cromografía de gas que consiste en someter el material a altas temperaturas de hasta 1.000 grados Celsius.
“A esas temperaturas el mineral empieza a descomponerse y se convierte en gases”, continuó Glavin. “El análisis de los gases sirve para determinar los componentes individuales por su masa”.
“A los 200 ó 300 grados Celsius vimos que aparecía mucho oxígeno, e identificamos moléculas orgánicas, clorometano”.
La detección de estos clorohidrocarbonos por encima del nivel de 0,0001 nmol (un nmol es la mil millonésima parte de un mol) demuestra que el instrumento SAM opera con la precisión diseñada, indicó el artículo.
El estudio menciona también la identificación de diclorometano, triclorotmetano, un clorometilopropeno y clorobenceno en niveles con abundancia de 0,01 a 2,3 nmoles.
El análisis mostró la presencia de perclorato, una sal que “es muy benigna y no reacciona a bajas temperaturas pero a temperaturas muy altas se torna muy explosiva y libera oxígeno y cloro”, dijo Glavin.
El problema con la presencia de compuestos orgánicos detectada es que los científicos no saben, todavía, si son de origen marciano o son trazas de compuestos que viajaron en el Curiosity desde la Tierra.
“Observando desde órbita uno ve cloro por todas partes en Marte, y otros aparatos exploradores habían encontrado perclorato y la detección de perclorato en diferentes latitudes podría significar que está presente en otras muchas áreas”, dijo Glavin.
Como resultado del hallazgo de perclorato, añadió el investigador, “podría cambiar nuestra estrategia en la búsqueda de material orgánico en Marte: si esa sal esta allí, no queremos calentar a altas temperaturas con el riesgo de destruir material orgánico”. EFE