Además de su gracia, su perfecto equilibrio y su estilo, las bailarinas de ballet desarrollan otra habilidad menos fácil de percibir para el público pero no por eso menos espectacular: la capacidad de modificar sus estructuras cerebrales para dar giros sin sentirse mareadas.
A esa conclusión llegó un estudio del Colegio Imperial de Londres, que reveló que las bailarinas parecen suprimir las señales del oído interno al cerebro.
Los investigadores piensan que este hallazgo puede servir a aquellos pacientes que sufren de mareos crónicos.
El mareo es la sensación de que todo se mueve cuando, en realidad, uno está quieto, y para la mayoría de nosotros se trata de algo ocasional y temporal, pero una de cuatro personas experimenta en algún momento de su vida mareos crónicos.
Las bailarinas de ballet entrenan arduamente para poder dar giros y piruetas rápidamente y de forma repetida.
Entre las técnicas que utilizan para no marearse, ellas se concentran en un lugar particular del piso mientras giran, y siempre la cabeza deber ser la última parte en moverse y la primera en regresar.
Cuando alguien da vueltas rápidamente, los fluidos en el aparato vestibular del oído interno se mueven a través de pequeños pelos. Al detenerse la persona, el fluído continúa moviéndose, lo que puede hacer que el sujeto en cuestión sienta que todavía está girando.
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