Katiuska Hernández /El Nacional
Los voluntarios de las milicias recibieron entrenamiento de cinco días en el manejo de las cajas registradoras, además de normas para la atención al público, y así permitir que se incremente la capacidad de utilización de las cajas para acelerar el pago de las compras.
En el abasto de Plaza Venezuela, hay más de 65 cajas registradoras y por ausencias de trabajadores sólo laboraba la mitad.
Las cajeras de las milicias, a diferencia del personal de seguridad y orden público, no vistieron el uniforme militar verde que normalmente los identifica. “Usan franelas grises que tienen impresos los ojos del comandante Hugo Chávez para diferenciarlas de los trabajadores del abasto que tienen uniforme rojo, quizás este viernes si vengan uniformadas de militar”, dijo una de las coordinadoras de las milicias.
En la puerta y en los distintos pasillos del abasto, permanecen los milicianos uniformados de verde militar, y trabajan para controlar el orden y revisar las carteras y bolsos que ingresan los usuarios al establecimiento y sellar las facturas de compra.
“En muchos casos ayudamos a controlar el despacho de productos cuando la gente se desespera para agarrar harina, pollo y otros alimentos como la leche”, dijo un miembro de las milicias.
Este jueves el abastecimiento en el establecimiento de Plaza Venezuela era óptimo. Había harina de maíz de varias marcas privadas, papel higiénico, arroz, margarina, aceite, y leche en polvo. Pero antes del mediodía se acabaron tres paletas (tablas de madera) llenas de leche, que fueron transportadas directamente del montacargas al piso de venta. “Se coloca en el piso porque no da tiempo de ordenarlas en los anaqueles cuando ya los consumidores se llevan el producto”, dijo un trabajador. En el supermercado se mantiene la restricción de venta por persona de 4 kilos de harina, arroz, y 2 litros de aceite.
Trabajadores inconformes. Los sindicatos cuestionaron la presencia de milicias en las cajas de estos abastos. Jorge Lastra, del sindicato de Bicentenario, dijo que mientras preparan milicianos, las condiciones de muchos trabajadores de los abastos Bicentenario se deterioran y algunos locales como el de los Ilustres y de Vargas no cuentan con sillas adecuadas para el personal y se incumplen las cláusulas contractuales.
“No estamos de acuerdo con esa medida, tenemos muchos problemas en las líneas de las cajas registradoras. Los cajeros trabajan hasta 8 horas y de pie. Estamos en una mesa de diálogo y conciliación con la empresa para que mejore las condiciones”, indicó al señalar que colocar de reemplazo a las milicias no es la solución, sino emplear más personal y con todos los beneficios de la ley.