Una de las muchas propiedades del perejil fresco es su alto poder blanqueador. Para sacar el máximo rendimiento al producto machaca unas cuántas hojas de perejil fresco y aplica el jugo que suelta con un bastoncito de algodón (o gasa) sobre las manchas. Haz el tratamiento preferiblemente por la noche.
A la mañana siguiente lávate bien la cara para eliminar posibles restos y aplícate una crema con protector solar. Si eres constante en pocos días la mancha se irá difuminando hasta desparecer ópticamente.
Fuente: Los Remedios de la abuela