He aquí la receta que funcionarios revolucionarios siguieron para hacerse multimillonarios en tan solo un día. el-nacional.com / javier ignacio mayorca
El primer paso, posicionarse de un cargo clave de uno de los bancos abiertos por el Gobierno para financiar sus proyectos sociales. Para María de los Ángeles González esta no fue una cuestión especialmente difícil. A los 54 años de edad, se había labrado un prestigio dentro de la banca oficial, en la que participaba como gerente o vicepresidenta desde 2001.
Con estos contactos, González conocía los vericuetos que debían recorrerse para eludir los controles cambiarios. Registró en Panamá una empresa de maletín, sin sede física, y luego abrió una cuenta a nombre de esa compañía en un banco suizo. Este fue el segundo paso.
El tercer paso fue ponerse de acuerdo con un corredor de bolsa que manejara la cartera de inversiones en divisas del Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela, Bandes.
En un esquema normal, el banco debía negociar a través de ese corredor en las condiciones más ventajosas. Pero en el caso del Bandes durante la gestión de González las cosas marcharon al revés: vendía bonos a precios por debajo del mercado y luego los recompraba encarecidos.
La investigación llevada a cabo por la Comisión de Valores y Comercio estadounidense (SEC por sus siglas en inglés) determinó que entre el 28 y el 29 de enero de 2010, es decir, en apenas dos días, estas operaciones generaron comisiones por más de 10,5 millones de dólares. La mitad de esa suma, unos 5 millones de dólares, supuestamente terminó en la cuenta suiza de la empresa dirigida por González. El resto, entre los demás participantes.
Esto alentó la creatividad de los involucrados en la red de corrupción, en la búsqueda de dinero fácil: “Puede ser rápido y muy eficiente. Si lo revisan podrán ver lo grandioso que sería hacerlo”, planteó en octubre de 2010 uno de los encausados por este caso, ante la posibilidad de una inversión en bonos.
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