El país, padece la sin razón de un gobierno paranoico. Esta perturbación mental que aqueja al presidente Maduro y su tren ministerial es tan acentuada que no tenemos dudas que imaginan y sostienen una realidad inexistente.
Ver enemigos por todas partes acechando la oportunidad para acabar con la revolución socialista: las conspiraciones para atentar contra la vida del primer mandatario hasta la guerra económica llevada a cabo por empresarios inescrupulosos acaparando bienes de consumo o la explosión social planificada por la oposición, nos dan una visión de la paranoia.
La suspensión del viaje a Nueva York para asistir a la Asamblea General de las NNUU, muestra la gravedad de estos trastornos psíquicos. Que si el imperio intenta impedir que viajemos a China y por eso pone trabas para que el avión de Cubana de Aviación sobrevuele Puerto Rico; o la negativa a otorgar visas a miembros de nuestra delegación.
Que decir de la misteriosa actitud para corregir las fallas del avión Air Bus presidencial que costó de $67 Millones; o la negativa de las autoridades aeroportuarias de Vancouver para suministrar combustible para el regreso a Caracas. Toda esta novela del género negro da pie para diagnosticar dicha enfermedad mental.
Las fallas y cortes de electricidad así como el incendio de la refinería de Amuay son el resultado de sabotajes por grupos entrenados en el Norte; que el desabastecimiento y la escasez o los muertos a manos del hampa son inventos de la prensa de la oligarquía para crear zozobra.
Que si Polar no produce suficiente harina pan o aceite de cocinar; que Manpa opera irregularmente en la producción de papel o que los supermercados no contratan cajeros para dar la sensación de problemas son más pruebas de la paranoia bolivariana.
Juan Antonio Muller