Cuenta la Biblia en el libro del Éxodo que los israelitas fueron atacados en su travesía por el desierto por los amalecitas. Ante esta situación Yahvé prometió a Moisés que si mantenía sus brazos en alto Israel tendría la victoria. Cuando los brazos eran alzados los israelitas estaban en ventaja; cuando los bajaba eran los amalecitas quienes ganaban. De este modo, dado que sus brazos se cansaban sentaron a Moisés en una piedra y sosteniendo sus brazos en alto lograron que Israel venciese a sus atacantes. abc.es
Nuestro protagonista de hoy emula la historia de Moisés llevándola al extremo. Tanto, que, como nos cuentan en el blog «Es realidad», Amar Bharati lleva casi 40 años con su brazo derecho apuntando al cielo.
Hasta 1970 este hombre indio llevaba una vida corriente con su familia y su trabajo. Sin embargo un día, y por razones que desconocemos, decidió cambiar de vida dejándolo todo para adorar al dios Shiva. Vestido como un monje y portando el tridente Trishula, que identifica a los seguidores de este dios, comenzó a llevar una vida marcada por la penitencia y la austeridad, renunciando a todos los placeres terrenales para así alcanzar la iluminación.
No contento con ello, pensó que no se liberaba de los placeres terrenales como quería, así que decidió llevar su penitencia un paso más allá, manteniendo su brazo derecho apuntando al cielo. Así que desde 1973, cuentan que ha estado ininterrumpidamente, día tras día, alzando su brazo en alto. Los terribles dolores sufridos en un principio dieron paso a una atrofia muscular del miembro que permanece desde entonces en dicha postura.
Pese a las consecuencias físicas que ha traído para Bharati esta singular penitencia, algunos ascetas han seguido su ejemplo y alzan su brazo para pedir la paz o seguir sus propias motivaciones religiosas. Si Amar Bharati y sus seguidores hubiesen llegado a vivir en tiempos de Moisés, este estaría encantado de recibir ayuda para que sus brazos se mantuviesen en alto en la lucha contra los amalecitas.