Siempre he sentido curiosidad por las características de un determinado tipo de carteles, desde aquellos que solían colocar antes en las bodegas, algunos permanecen- como un aviso a los clientes, de abastos y quincallas. Aparece en el un señor obeso de figura opulenta cuyo texto indica. “Yo vendí al contado” a su lado una figura escuálida, raquítica. “Yo vendí crédito”. Mas grafico que, el de “Hoy no fío…Mañana si”.
También los letreros de algunas autobusetes que aluden al Anima de Pica Pica o de Taguapire, que decir del “Te deseo el doble de lo que tu a mi” y aquellos que colocan en el guardafango trasero la advertencia, “No te pegues que no soy Bolero”.
Recientemente me llamo poderosamente la atención un vistoso letrero, en una de las tantas cadenas de Maduro donde subrayaba la condición de, Comandante en Jefe. Gesto que se presta a diversas interpretaciones, comentarios y rumores. Maquiavelo, que está de mucha actualidad decía que: “Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos” No hay que ser psicólogo para estimar que ello, junto a otras recurrentes manifestaciones evidencian una gran inseguridad en sí mismo, y en su autoridad. Meridiano mensaje con destino a las FAN.
El Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas viene derivado del ejercicio de la Presidencia de la República, la Constitución del 61 ya lo establecía así y todos los civiles que ocuparon ese cargo tenían esa potestad. Ninguno hizo alarde de esa condición. No necesitó reforzarse con un cartel, de haberlo hecho hubiese sido objeto de las mas variadas especulaciones
En el incidente más grave que vivimos donde incluso se constituyó el único Teatro de Operaciones Internacional en la era contemporánea, estando al borde de la confrontación bélica con Colombia por el ingreso de la Corbeta Caldas en aguas territoriales de Venezuela, en Agosto del 89.
Un Presidente civil con el cual estuvimos enfrentados por distintos aspectos de su política, asumió a plenitud tal condición. Es justo reconocer que en esa crisis Lusinchi se colocó a la altura de la exigencia. Tanto que la movilización militar efectuada esa semana ha sido objetó de estudio en distintas Academias Militares en el mundo.
El letrero presidencial, unido al aumento de sueldo a los militares indica que Nicolás Maduro tiene plena conciencia de la debilidad de su liderazgo y que como es lógico no tiene en ese campo la auctoritas de su antecesor.
Una Administración que en general y, año tras año, al final de cada año, no tiene más remedio que aumentar su techo de gasto para no tener que detener ipso facto el descontrolado apetito gubernamental.
La corrupción ha pasado a ser bochornosa como regla habitual
¿Para qué sirve la Contraloría?
Estaremos promoviendo arduamente una redemocratización eficaz que aborte la consolidación de la neodemocracia en ciernes, que encare el futuro con optimismo una vez se detenga la devastación.
En este tiempo de crisis corrosiva como la polución, a veces te habla más claro una franela con eslogan que, un presidente del Gobierno.
¡Carteles viandantes les llaman!
Luis Manuel Esculpi