El papa Francisco criticó este domingo “la cultura de lo provisional”, y pidió no ser cristianos “intermitentes”, en una misa en la Plaza de San Pedro en presencia de la estatua original de la Virgen de Fátima, que llegó la víspera de Portugal.
La tendencia a relativizar las cosas “está penetrando también en la vida de la fe”, dijo el Papa argentino ante una masa de 100.000 personas, e invitó a los fieles a preguntarse: “¿soy cristiano a ratos, o lo soy siempre?”.
“Dios nos pide que le seamos fieles cada día, en nuestros actos cotidianos”, dijo el Santo Padre, citando la fidelidad en el matrimonio, donde puede ser muy “fácil” darse el sí al comienzo pero más complicado a la larga.
“Pensemos en todas esas veces en que nos hemos entusiasmado por algo, por una iniciativa, por un compromiso, y luego, delante de los primeros problemas, hemos tirado la toalla”, añadió el obispo de Roma.
Durante la misa, el sucesor de Pedro pidió a la Virgen que ayude a los hombres a “dejarse sorprender por Dios sin oponer resistencia, a serle fieles cada día”.
Antes de rezar el Angelus, el sumo pontífice pronunció un “acto de confianza” en la Virgen María, tal y como hizo su predecesor Juan Pablo II (1978-2005) en octubre de 2000.
El polaco Karol Wojtyla veneraba a la Virgen de Fátima, e hizo engastar en una diadema de oro que corona a la talla la bala que estuvo a punto de matarlo en un atentado cometido en 1981 en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
La estatua original fue traída de Portugal el sábado, y pasó por la residencia situada en la colina del Vaticano donde el papa emérito Benedicto XVI vive retirado.