“No hay disponibilidad para esta ruta”. Es un mensaje reiterado en los portales web de aerolíneas para viajar desde Caracas a Miami, Lima o Santiago, para fechas aleatorias de lo que queda de 2013. Muchos venezolanos lo comentan, en especial ante la cercanía de las festividades decembrinas: “Ya no hay pasajes” para destinos internacionales desde Venezuela.
Hay algunos que sí consiguen. Para Madrid, por ejemplo, Iberia tiene cupos para diciembre, según revisión realizada en su sitio web. El problema es el monto. La tarifa más baja encontrada fue de 49.000 bolívares el boleto ida y vuelta. Hace un año, este pasaje podía adquirirse hasta en 10.000 bolívares.
La situación no ha pasado desapercibida por las autoridades. El ministro de Turismo, Andrés Izarra, ha señalado que “es una situación que se está atendiendo; estamos buscando solución, en el marco de una respuesta global al tema cambiario”.
En el mismo sentido se pronunció el vicepresidente para el Área Económica, Rafael Ramírez, consultado sobre las divisas que autoriza el Estado a los viajeros al exterior, a una tasa de cambio de 6,30 bolívares por dólar.
“Creo que se ha distorsionado completamente (…) Entonces están agotados todos los pasajes para viajar a cualquier sitio del planeta. Obviamente ahí hay una mala utilización de esa ventaja que ha dado nuestro Gobierno para nuestro pueblo. Ha sido mal utilizado por algunos elementos”, alertó Ramírez.
“Antes de hacer cualquier anuncio, lo vamos a sustentar, pero tenga fe nuestro país en que estamos trabajando intensamente en este tema. Es cuestión de horas y de días, vamos a seguir anunciando cómo ir ajustando estos desequilibrios a lo que entendemos nosotros que son los intereses fundamentales de nuestro país”, declaró a periodistas este miércoles.
Las causas
Las causas de esta situación son variadas. En primer término, está el evidente aumento de la demanda.
El presidente Ejecutivo de la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela (Alav), Humberto Figuera, refirió que este año ha habido un incremento en la venta de boletos a destinos internacionales de casi 30% con respecto a 2012. Tan solo en julio, el incremento fue de 107%.
Pero el llamado fraude cambiario es un elemento de peso en esta situación. Las modalidades son varias, pero una de las más comunes es que una persona compra boletos aéreos para varias personas, con el fin de tramitar la autorización del uso de tarjetas de crédito en el exterior a través de Cadivi y el efectivo. Esta institución del Estado autoriza hasta 3.000 dólares al año por viajero, dependiendo de la lejanía del destino.
Al final, solo viaja una persona, con todas las tarjetas ya autorizadas para utilizarlas en el extranjero. Estos dólares son asignados a una tasa de cambio de 6,30 bolívares, y luego los que incurren en el fraude cambiario los usan para alimentar en el país el mercado paralelo e ilegal de divisas, donde se transan a montos muchos mayores.
Ese mercado ilegal ha sido declarado por el Ejecutivo como su principal enemigo, y Ramírez señaló que el Gobierno le secará las fuentes. El tipo de cambio paralelo es utilizado como marcador de precios y estimula la inflación.
Cadivi ha efectuado operativos especiales desde la semana pasada en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar para enfrentar los ilícitos cambiarios, y se estima que próximamente active el uso de captahuellas al momento de abordar los vuelos, para verificar que quien viaja es la persona a la que se le autoriza el uso de la tarjeta.
Triangulación
Otra razón para la escasez de boletos, vinculada con el fraude cambiario, tiene que ver con la compra de boletos a través de agencias o particulares fuera del país.
El Ministro para el Turismo lo ha explicado de la siguiente manera: “Se están aprovechando algunos agentes de viajes y otros operadores turísticos del diferencial cambiario para triangular a través de Venezuela viajes internacionales, y está incidiendo de forma negativa en el acceso de los venezolanos para viajar afuera”.
Esto sucede así: a través de las páginas web de las aerolíneas, extranjeros compran un boleto en Venezuela. Hacen escala en el territorio nacional, cambian dólares en el mercado paralelo y adquieren luego el pasaje en el país, que termina saliendo en un costo mucho menor para ellos.