El envejecimiento es una parte importante de la vida y siempre resultó una incógnita para los científicos, ya que nunca lograron entender del todo por qué nuestras células mueren. Sin embargo, todos los cuestionamientos relacionados a esta temática podrían –al fin- tener sus respuestas gracias al último estudio hecho por la Universidad de California, cuyos resultados ofrecen una vista más amplia sobre el proceso de envejecimiento del ser humano y podrían arrojar luz a las investigaciones sobre el cáncer y el tratamiento con células madres.
El profesor de genética humana de la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California, Steve Horvath, creó este nuevo reloj enfocado en la metilación, un proceso bioquímico natural que altera el ADN. De esta manera, Horvath examinó cuidadosamente distintos tipos de tejidos entre los 121 conjuntos de datos recogidos previamente por investigadores que estudiaron la metilación en tejidos humanos sanos y cancerosos.
Luego, recogió datos e información de cerca de ocho mil muestras de 51 tipos de tejidos y células tomadas de distintas partes del cuerpo, trazando un mapa que mostraba cómo la edad afecta a los niveles de metilación del ADN desde la etapa prenatal y a través de 101 años. Para hacerlo, se concentró en 353 biomarcadores que cambian con la edad y están presentes en todo el cuerpo. Por último, la eficacia de este nuevo reloj se comprobó mediante la comparación de la edad biológica de un tejido con su edad cronológica, obteniendo varios resultados positivos.
“Para luchar contra el envejecimiento, primero necesitamos una forma objetiva de medirlo. Localizar un conjunto de biomarcadores que mida el tiempo en todo el cuerpo ha sido un desafío de cuatro años”, explicó Steve Horvath. “Mi meta con la invención de este reloj es ayudar a los científicos a mejorar su comprensión de lo que acelera y ralentiza el proceso de envejecimiento humano”, agregó aquél.
Este nuevo mecanismo, a diferencia de los estudios sobre el envejecimiento que están basados en la saliva, las hormonas o los telómeros, es el primero en identificar un reloj interno capaz de medir con precisión la edad de distintos órganos, tejidos y tipos de células por separado. Con esto, Horvath descubrió –por ejemplo- que algunas partes del cuerpo, como los senos de una mujer, envejecen más rápido que otras. Estos resultados podrían explicar por qué el de mamas es el cáncer más común en las mujeres, y más aún: por qué la edad es un factor de riesgo para muchos tipos de cáncer en ambos sexos.
Por otra parte, Horvath también observó que las células madres pluripotentes -células adultas que han sido reprogramadas a un estado similar al de una célula embrionaria- tienen la capacidad de formar cualquier tipo de célula en el cuerpo y continuar dividiéndose indefinidamente. Esto significa que la transformación de las células de una persona en células madre pluripotentes podría volver el reloj biológico del cuerpo a cero y ofrecer a los científicos un nuevo biomarcador que tendrá importancia en la investigación y estudio de nuevas terapias para que el ser humano pueda mantenerse joven.
Finalmente, uno de los resultados del estudio demostró que este reloj biológico se acelera o ralentiza dependiendo de la edad de una persona. Así, el reloj corre más rápido en los recién nacidos y en niños en crecimiento hasta su adolescencia, mientras que se vuelve más lento una vez que la persona llega a los 20 años. Discovery