En las cuatro parroquias de Machiques de Perijá no duermen en paz desde el pasado 7 de octubre. Los 93 mil 154 residentes -según el último censo en 2011- temen sentarse en el frente de sus casas, estacionarse por más de dos minutos en alguna taguara o entrar de noche a sus haciendas. En las escuelas trancan los portones, a más tardar, a las 7.30 de la mañana y a las 12.30 del mediodía. Sienten que “Willita” y sus secuaces les pisan la sombra. laverdad.com / Ana Karina Mendoza
Al primero que asesinaron en octubre fue a Jesús Alberto Hómez en un bingo bailable. Tres días después liquidaron a Manuel Duarte Taborda. El lunes siguiente le dieron de baja a Luis Miranda, de 23 años, en el depósito de licores Las Tres Eles del sector Sergio Tulio Vera. Llegaron en una motocicleta y le dispararon al grupo unas cinco veces. Dos balas alcanzaron al jugador de fútbol, quien visitaba la zona.
La misma noche acribillaron a los hermanos Israel Tubíñez Taborda (27) y a Jesús David Prado Taborda -primos de Manuel-, en el sector Singapur. Sin emitir palabra alguna accionaron sus armas contra los hermanos. Quienes atestiguaron el doble homicidio reconocieron a los asesinos.
La misma noche el productor agropecuario Guillermo Heiderman resultó baleado cuando su vehículo se atravesó en un supuesto enfrentamiento entre “Willita” y “Neurito” con funcionarios de Polimachiques que los perseguían.
La Policía científica y Polimachiques amanecieron al día siguiente en alerta roja. Tres crímenes consecutivos con el mismo modus operandi. La descripción de los matones en los interrogatorios coincidía. Los uniformados peinaron las parroquias Libertad, San José, Bartolomé de las Casas y Río Negro en busca de los delincuentes.
Trascurrieron los días bajo tensión. Pero el sábado 19 asesinaron a Evert Gis (34), oficial de la Policía municipal de Machiques, en un pulilavado del sector 5 de Julio, parroquia Libertad. Supuestamente su muerte la encargaron desde el retén El Marite.
Dos días después, en la misma parroquia pero en el sector El Triángulo, tirotearon desde una moto en marcha a Róbert Rodríguez (25), detective de la Policía científica de la subdelegación local, y a su vecino, José Gómez.
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