Ser demasiado emocional puede crear problemas, pero también puede ser un problema frenar todos sus sentimientos. Podemos ocultar las emociones en un intento por mantener el control y parecer fuertes, pero al hacerlo disminuímos precisamente su control y debilitamos nuestra capacidad de conectarnos y comunicarnos con los demás. Si usted lucha con compartir sus verdaderos sentimientos, le puede ayudar a saber que la gente a menudo no muestra emoción porque no son conscientes de lo que están sintiendo. Usted puede suprimir su enojo o moderar su entusiasmo sin siquiera darse cuenta. Así que preste atención a sus emociones. Al menos un par de veces a la semana pregúntese: ¿Qué estoy sintiendo en este momento? Escríbalo si puede. Llevar un diario de manera regular le puede ayudar a entender su estado de ánimo y qué lo cambia. Luego deje salir un poco: Deje que sus emociones afloren y que la gente las sienta. Ambas son esenciales para un liderazgo eficaz.
Adaptado de “Los buenos líderes se emocionan” de Doug Sundheim.