Cien sillas blancas de plástico, adaptadas con alguno aditamentos para funcionar como sillas de ruedas, fueron donadas Santa Marta por la Fundación Caminos por Colombia con apoyo de la gobernación del departamento. Luego de que varios líderes comunales locales manifestaran su inconformidad con la donación, Ana María Borda, de la fundación, le dijo aW Radio que las sillas “son nuevas e importadas” y que ya se han entregado en varias partes del mundo, reseña Semana.com
Por su parte, Ludwin Dávila, líder comunal de Ciénaga y discapacitado quien denunció públicamente la entrega, afirmó que “es como tener sillas plásticas y colocarles ruedas… no cumplen con las normas técnicas mínimas para discapacitados”.
Los líderes comunales aseguran que las sillas son incómodas porque son de plástico y, luego de sentarse en ellas por varias horas, podrían causar lesiones. Dávila le dijo a Blu Radio que “un discapacitado debe permanecer entre 14 y 16 horas al día sentado… y (las sillas) no cumplen la norma… Deben entregarse según el peso y la necesidad de cada persona”.
Sobre el producto, la Fundación explica que las sillas de ruedas “están diseñadas para terrenos agrestes. Combinan la durabilidad de una silla plástica con la fuerza de un marco rígido de metal, ruedas de bicicleta de montaña de 24 pulgadas que cuentan con un inflador y parches de repuesto” con un costo de unos 64 dólares cada una.
Unas 550 de estas sillas también causaron polémica en México en mayo de 2012 cuando fueron donadas a población vulnerable con discapacidad. Aunque su diseño fue objeto de burlas y críticas en las redes sociales, el gobierno del estado de Sonora afirmó que las sillas tenían “todos los adelantos científicos y tecnológicos”, según reportó Televisa.
La ONG Free Wheelchair Mission es una organización internacional que suministra sillas de ruedas a personas discapacitadas en países en desarrollo. Según su página oficial, la Fundación ha enviado más de 583.000 sillas de ruedas a cerca de 81 países.
Juan Miguel Escobar, director del programa bioingeniería de la Universidad El Bosque, explica que las sillas “parecen una adaptación de resinas plásticas y quien da la certificación de que si funcionan de acuerdo a la anatomía y ergonomía es el diseñador de las mismas”.