El Gobierno de Cuba ordenó hoy el cierre de las salas privadas de cine 3D que han proliferado en la isla en el último año, al tiempo que puso un plazo tope para acabar también con los comercios autónomos de venta de ropa y otros artículos importados.
En una disposición divulgada este sábado, el Consejo de Ministros de la isla subraya que los cines 3D y las salas de juegos de computación “nunca han sido autorizados”.
También ratifica que la comercialización minorista de artículos importados, entre ellos los numerosos negocios privados de venta de ropa que han surgido en el país, es ilegal tal y como anunció ya sobre este caso el pasado septiembre.
En los últimos años, después de que el Gobierno de Raúl Castro ampliara el trabajo privado en 2008, los cines 3D, establecidos principalmente en La Habana, y la venta de ropa, zapatos y accesorios importados, proliferaron con éxito a pesar de no existir licencias específicas para esas actividades.
La nota oficial publicada este sábado ordena que “la exhibición cinematográfica (incluye las salas de 3D) y los juegos computacionales, cesarán de inmediato en cualquier tipo de actividad por cuenta propia”.
Hasta el momento muchos de esos negocios funcionaban con licencias como “operador de equipos de recreación infantil” y otras que le permitían ofertar servicios gastronómicos.
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