Los cadáveres de 87 inmigrantes fueron hallados ayer en pleno desierto del Sáhara, en Níger, a una decena de kilómetros de la frontera argelina, en lo que se considera la peor catástrofe humanitaria de la última década en este país africano. Las víctimas -siete hombres, 32 mujeres y 48 niños- murieron de sed y se unieron en la tragedia a cinco mujeres y niños del mismo grupo descubiertos unos días antes por el Ejército nigeriense, según informó una fuente de alto rango de la seguridad local.
En total, pues, han muerto 92 personas desde principios de octubre, la mayoría de sed, en un viaje trágico con destino a Argelia que iniciaron a finales de septiembre, añadió la misma fuente.
El balance de víctimas fue confirmado por Almustafa Alhacen, responsable de una oenegé local que se desplazó a la zona en busca de los restos. «Era horrible, los cuerpos estaban descompuestos. Los encontramos en varios lugares, en un radio de 20 kilómetros y en pequeños grupos: a menudo bajo los árboles, o a pleno sol. A veces había una madre con sus hijos; otras estaban los niños solos», describió Alhacen. Algunos cuerpos habían sido «devorados por chacales y otros animales», añadió.
La mayoría de los menores muertos eran niñas. «Lo hemos podido saber por los brazaletes que llevaban en las muñecas», agregó la fuente de seguridad. El macabro descubrimiento duró siete horas, entre las 6.00 GM y las 13.00 GMT, tras el cual los cadáveres fueron enterrados según el rito musulmán en presencia de un imán «a medida que los íbamos encontrando», precisó Almustafa Alhacen.
A 158 KILÓMETROS / El pasado lunes, las autoridades locales anunciaron la muerte en el desierto de al menos 35 personas, la mayoría mujeres y niños, por deshidratación mientras intentaban llegar a Argelia. Los dos vehículos que las transportaban fueron encontrados en el desierto, uno a 83 kilómetros de Arlit (norte de Níger, de donde habían partido) y otro a 158 kilómetros.
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