Este equipo de Singapur cree haber dado con la clave, unas conclusiones que aparecen publicadas en el servidor de preimpresión de artículos científicos arXiv. Según explican sus autores, el caso tiene que ver con la forma en que la energía se almacena en los enlaces de hidrógeno entre las moléculas de agua.
Como es sabido, las moléculas de agua tienen un átomo de oxígeno y dos átomos de hidrógeno, todos unidos por enlaces covalentes (el intercambio de electrones). En las moléculas de agua, los átomos de hidrógeno son también atraídos por los átomos de oxígeno en otras moléculas de agua cercanas, una fuerza llamada enlace de hidrógeno. Pero, al mismo tiempo, las moléculas de agua en su conjunto son repelidas entre sí.
Los autores del estudio señalan que cuanto más se caliente el agua, más distancia hay entre sus moléculas, debido a la fuerza repelente entre ellas. Eso obliga a los puentes de hidrógeno a estirarse, de forma que se almacena energía. Esa energía, según los investigadores, se libera a medida que se enfría el agua permitiendo que las moléculas se acerquen más entre ellas… Y liberar energía significa refrigeración.
El agua caliente tiene más enlaces de hidrógeno estirándose que el agua fría, por lo que almacena más energía, y tiene más que liberar al ser expuesta a temperaturas bajo cero. Por eso, dicen los investigadores, se congela más rápidamente que el agua fría.
Esta explicación es una teoría y todavía debe ser probada antes de que la comunidad científica pueda decir que ha resuelto el misterio de una vez para siempre. Eso sí, cualquiera puede probar en su propia casa cómo funciona el efecto Mpemba. En internet existen varios tutoriales con ejemplos de cómo hacerlo.