Ahora el espíritu y el ave son otros y lo denuncia por haberle retirado unos 6.600 seguidores responsabilizando del hecho al pajarito (azul) de la derecha internacional, Twitter, quien tienen un complot en su contra. «A la derecha pelucona le arde eso, que nosotros manejemos redes sociales. A ellos les duele que manejamos las redes sociales ¿Qué puede hacer un país soberano frente a un ataque de estas características?» dijo.
La verdad, amigo lector, es que no salgo de mi asombro. En el país no hay papel toilette, ni harina de maíz, ni arroz, azúcar, café, aceite…y este señor anda angustiadísimo por un pajarito, por 6 mil seguidores que desaparecieron de su cuenta Twitter transnacional de la derecha, en vez de preocuparse por los cientos de vidas de venezolanos que caen en manos de delincuentes y gatillos alegres todos los meses.
Este hombre habla de un “ataque” como si se tratara de la tercera guerra mundial y convoca al ALBA para ver como se defiende ante la hecatombe en forma de pájaro y de color azul que le revolotea, que no le silba sino que denuncia lo mal que anda el país, el aumento de la corrupción que llego hasta el deporte, la inflación que ha hecho sal y agua los salarios de quienes aún tienen trabajo, el desempleo y subempleo que crece de forma escalofriante. Sería bueno que Maduro dejara sus problemas virtuales y se dedicará a resolver estos otros que son verdaderamente importantes.
Lo que pasa es que los gobiernos totalitarios, no les gusta los medios independientes, ni las redes sociales no controladas, ya lo dijo el propio Maduro: “Sencillamente son armas que en algunos casos se utilizaron para tratar de conspirar contra Gobiernos en otros lugares del hemisferio y el mundo”…¿será que él ve similitudes con el final de los gobiernos de Libia y Egipto. Como que por ahí va la cosa.
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@nituperez