Hijo de ganadero muerto: “Mamá asesinó a mi padre y yo lo enterré”

Hijo de ganadero muerto: “Mamá asesinó a mi padre y yo lo enterré”

“Mi mamá lo mató y yo lo enterré…” La escalofriante confesión cerró el macabro ciclo de eventos que condujo a la muerte y búsqueda del productor agropecuario Renny José Fuenmayor González, de 45 años, a manos de quien fuera su esposa los últimos 23 años de su vida, y quien se convirtió en su homicida.

El cadáver, en avanzado estado de descomposición, fue hallado la mañanada del pasado miércoles a 800 metros de la entrada de la finca Mi Caballo, ubicada en el kilómetro 42 de la carretera La Willians, en la parroquia Ana María Campos del municipio Miranda, al noreste de la Costa Oriental del Lago.





A Fuenmayor González lo mataron con su pistola 9 milímetros, mientras dormía en otra de sus fincas, Rancho Sorte, luego de llegar pasado de copas junto con su esposa y presunta asesina, Élida Rodríguez, una abogada de profesión.

“El sábado ellos estuvieron en Mene Mauroa, en la fiesta de un compadre, y se fueron cerca de las 2:00 de la madrugada del domingo. Llegaron a la hacienda Rancho Sorte y después pasó todo”, relató Ramón Fernández, hermano de la víctima.

Los obreros de ambos fundos, en su mayoría pertenecientes a la etnia wayuu, describieron a los familiares cada uno de los movimientos “extraños” que se desarrollaron desde la madrugada del domingo: “Ellos dicen que no escucharon ningún disparo, pero desde esa hora (cerca de las 3:00 am) vieron al hijo mayor de la pareja, Renny Segundo, de 22 años, cuando salía de la casa con una pala en la mano y se subió a una de las máquinas”, añadió José Fuenmayor, primo hermano de Renny.

La mañana del domingo los obreros preguntaron a madre e hijo sobre la ausencia de su patrón, quien acostumbraba a levantarse a las 6:00 am, para dirigir las labores del campo.

“Les dijeron que el jefe se había ido de viaje a Colombia, lo que levantó más suspicacia entre los peones, quienes comenzaron a recibir mensajes desde el celular de Renny pidiéndoles que les atendieran el ganado y la cosecha, cosa que nunca hacía”.

Esa misma noche los obreros observaron a Renny Segundo cuando enganchó una retroexcavadora a la camioneta del hacendado, una Ford Super Duty, gris, para luego, junto con su mamá arrastrar un bulto y desaparecer cerca de la medianoche, lo que confirmó sus sospechas: “Al patrón lo mataron”, le comunicaron a la familia Fernández, lo que desató la búsqueda y los cuestionamientos hacia su esposa y el mayor de sus cuatro hijos.

“Insistían en que se había ido de viaje, por lo que decidimos investigar por nuestra propia cuenta basado en lo que habían visto los jornaleros. Fuimos el miércoles en la mañana al comando de la Guardia Nacional Bolivariana de Mene Mauroa y notificamos la desaparición”, describió el primo del fallecido.

Una comisión castrense llegó al sitio y detuvo a Renny Segundo, quien fue interrogado en el Cicpc de Cabimas. Mientras tanto familiares y obreros hicieron el macabro hallazgo: el cuerpo fue enterrado a 80 centímetros de profundidad, estaba desnudo, con un tiro en la nuca y envuelto en un edredón, con estampados. A esa hora el cómplice confesaba su participación: “Mamí lo mató, le pegó un tiro y yo lo enterré”.

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