Los bonos venezolanos retrocedieron con fuerza el martes, luego de que el presidente Nicolás Maduro ordenara una ocupación militar de cadenas de ventas de electrodomésticos que provocó docenas de arrestos por una supuesta manipulación de precios, reseña Reuters.
La “ofensiva económica” de Maduro, que busca controlar una inflación del 54,3 por ciento, ha devenido en detenciones y saqueos y se extenderá a otros sectores productivos, avivando las preocupaciones sobre el panorama económico y político del mayor exportador de crudo de Sudamérica.
“(Las caídas de los bonos son) definitivamente una reacción a la percepción de que el Gobierno está ordenando un episodio de saqueo semiorganizado”, dijo una fuente de Wall Street que pidió no ser identificada en referencia a las acciones del Gobierno, que forzó a las tiendas a rebajar sus precios por considerar que eran vendidos a precios “especulativos”.
Los bonos de la deuda soberana del país, que no operaron el lunes por un feriado del mercado, cayeron un 5,67 por ciento según el indicador de riesgo país EMBI+, en comparación con una baja del 0,97 por ciento en el índice general de mercados emergentes.
El bono referencial Venezuela Global 27, con vencimiento al 2027, retrocedió 2,50 puntos a un precio de 76,054 y con un rendimiento del 13,27 por ciento.
A lo largo del fin de semana grupos de soldados ocuparon las tiendas de la cadena de electrodomésticos Daka y otras dos firmas, forzando a vender productos a precios más baratos y apresando a algunos de sus gerentes.
El martes, cientos de venezolanos aún se aglutinaban alrededor de las tiendas de electrodomésticos, mientras la policía y el ejército pugnaban por mantener el orden.
Según quienes hacían fila para adquirir productos, los precios habían bajado hasta en un 60 por ciento desde la semana pasada. Pero las autoridades afirmaron que los precios presentaron una reducción de hasta 300 por ciento.
“¿Por qué hay colas? Porque el pueblo tiene capacidad de compra”, se preguntó retóricamente Maduro durante un acto público en la sede de la petrolera estatal PDVSA.
Maduro aseguró que los importadores de electrodomésticos reciben dólares preferenciales al tipo de cambio oficial de 6,3 bolívares, pero venden orientados por el valor del dólar en el mercado negro, unas nueve veces más caro.
Ante ello, también el sábado, el sucesor del fallecido Hugo Chávez ordenó bloquear las páginas web que dan a conocer el tipo de cambio del dólar paralelo.
Los líderes empresariales aseguran que el control cambiario -que ya lleva una década- no está proveyendo suficientes divisas, lo que obliga a muchos a recurrir al mercado negro.
El martes por la noche, el ministro de Industrias, Ricardo Menéndez, dijo que el Gobierno ocupó “temporalmente” la empresa de baterías “Acumuladores Duncan”, acusada de sobreprecio.
Duncan fabrica baterías para autos, motos, embarcaciones, vehículos pesados y comunicaciones y tiene presencia en Venezuela y Colombia.
Durante las más de 3.000 inspecciones que ha realizado el Gobierno de Maduro desde el fin de semana, ha encontrado firmas de distintos rubros que vendían sus productos con “sobreprecio” por lo que -a través de multas, cierres o advertencias- las conminaron a rebajarlos.
Manto electoral
La escasez de productos básicos y la alta inflación han hecho de la economía la mayor preocupación para los venezolanos, que el 8 de diciembre volverán a las urnas para elegir alcaldes y concejales a lo largo del país.
La campaña de Maduro, de exigir “precios justos”, podría ayudarlo a reconectar con los votantes que le dieron la victoria en las presidenciales de abril y que, en los últimos meses, se han mostrado descontentos con el rumbo del país.
“Dicen que somos saqueadores pero lo único que quiero es un buen televisor a un precio justo para mi familia en Navidad”, dijo Luciano Alves, de 29 años y empleado de una panadería, en la cola formada frente a una tienda de electrodomésticos.
“¿Qué hay de malo con eso? Ya era hora de hacer algo contra le especulación. Mano dura, digo yo”, agregó.
Maduro culpa por los actuales problemas a la “guerra económica” que según él está respaldada por líderes opositores y Estados Unidos, y ha prometido aumentar las inspecciones a los comercios privados en los próximos días para garantizar que vendan bienes a “precios justos”.
El mandatario adelantó el martes que los próximos en ser inspeccionados serán los comercios de autopartes y los concesionarios de vehículos. “Tienen que bajar los precios, no me vengan con cuentos”, dijo.
Sin embargo, los críticos del gobierno de Maduro aseguran que la situación económica de Venezuela -alta inflación, desabastecimiento y débil crecimiento económico a pesar de los altos precios del petróleo- es consecuencia de un sistema de control de cambios plagado de corrupción, una gran expansión de la liquidez monetaria y regulaciones que limitan la productividad sofocando la industria nacional.
“Algunos de los titulares del fin de semana se relacionaron con la intervención del Gobierno en ciertos locales minoristas y los reportes subsiguientes de saqueos, lo que pareció ser una prueba de un contexto político y social mucho menos controlable”, dijo JP Morgan en una nota a clientes.
Los bonos de alto rendimiento del país miembro de la OPEP han sido, por años, una apuesta rentable para los inversionistas a pesar de la estridente retórica anticapitalista del fallecido Chávez.