Ayer, en el Unicasa de la avenida Bolívar de Puerto La Cruz, las cosas se salieron de control. Se formó una tángana en la puerta del establecimiento comercial.
Desde las 5 de la mañana ya se observaban colas de lado y lado. Las personas no sabían qué venderían, pero esperaban ansiosos a que subieran la santamaría para cazar algunos de los productos que están “desaparecidos”, publica El Tiempo.
María Gabriela Lara (El Mío)/El Tiempo
Cuando los usuarios se enteraron de que había pollo y leche, empezó el desastre: empujones y gritos. La desesperación reinaba en el ambiente, temían quedarse sin los artículos.
“Como a las 9 am la situación empeoró porque todos querían entrar y las personas no respetaban a los que estábamos en la fila desde temprano”, comentó Yomaira Osuna.
Precisó que el gerente del supermercado salió para calmar los ánimos, pero como no logró tranquilizar a los compradores, “tomó medidas extremas”. Eso dijo la gente que estaba en cola.
“Todos estábamos pegados de las rejas, tratando de no perder el puesto y en eso sentimos algo raro, nos pusieron corriente. No les bastó con eso, sino que lo volvieron a hacer y fue más fuerte”.
Una adolescente de 15 años, sobrina de Yomaira, se llevó la peor parte. “Se quedó pegada, mi hermano tuvo que halarla y lanzarla al piso. Nos pudieron haber matado. Hasta los policías que custodiaban el lugar recibieron la descarga”.
Al parecer, activaron la electricidad de la cerca que protege el establecimiento. A la menor se la llevaron a un centro de salud de emergencia, pues no dejaba de temblar producto del corrientazo.
Otra de las personas que hacía la cola en Unicasa, de nombre Madeleine Delgado, dijo que siempre es el mismo desorden porque no reparten números y los buhoneros se quieren colear para entrar más de una vez.
“Los comerciantes informales no respetan la necesidad de los demás. Los padres de familia que venimos a comprar somos los menos beneficiados. Ellos vienen y compran a 35 bolívares la leche y luego la revenden en Bs 150. Es un abuso”.
Por su parte, Arturo De Córdova refirió que no es justo que tengan que hacer colas de horas para comprar productos de primera necesidad y que los traten como delincuentes.
“No queremos saquear, queremos comprar, tenemos el dinero para hacerlo, pero no nos dejan entrar. Le dan prioridad a los que a ellos les conviene”.