No sólo el presunto sobreprecio y especulación desaparecieron con la fiscalización de comercios de electrodomésticos que inició el Gobierno nacional la semana pasada. También se desvaneció la sensación de estabilidad de aquellos que trabajan en estos establecimientos, quienes temen quedar desempleados cuando se agote el inventario, publica El Tiempo.
En el almacén JJ Pérez Alemán de Lechería, el personal dijo desconocer su futuro laboral, debido a que la venta de productos a precios rebajados podría llevar a la quiebra a este negocio.
Carmen García, quien lleva 22 años en esta tienda, resaltó que ha recibido múltiples beneficios que otros patronos no ofrecen.
“He renunciado tres veces y tres veces me han aceptado de vuelta. Regresé porque aquí tengo HCM (seguro médico), hay ayuda de medicinas para los familiares enfermos, hay guardería, pago de colegios y los jefes son como familias”.
En cuanto a las denuncias de sobreprecio, Elearnelys Ramos comentó que es un asunto de las empresas y no es culpa del personal.
“Al igual que nosotros, trabajadores de otras tiendas están también muy asustados porque nuestras familias dependen de nosotros”.
El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Bachar Kobrosly, advirtió que aunque los cambios en estas compañías no se notarán en el mes de diciembre, la venta masiva de la mercancía sin reposición llevará a una posible quiebra y al despido de su personal.
“Para fin de año no creo que haya muchos cambios, pero entre enero y febrero podría haber términos laborales”.
Expectativa
El presidente de la Cámara de Comercio del municipio Sotillo, Esteban Castillo, manifestó que el gremio está a la expectativa y aspira a que antes de diciembre se normalice la situación en el centro de la ciudad y puedan abrir sin contratiempos.
“Esperamos que vuelva la cordura y los organismos de seguridad garanticen el resguardo para poder subir las santamarías con la certeza de que no atacarán a los comerciantes ni a sus empleados”.
Manifestó que los recientes conflictos “indudablemente” perjudicarán las ganancias que el sector estaba acostumbrado a obtener durante la época navideña.
Señaló que la mayoría de las tiendas mantienen las santamarías abajo por temor a saqueos y otros se arriesgaron a trabajar, pero con las puertas a medias.
“Esta situación impactará negativamente al sector que tiene que pagar al personal, servicios e impuestos”.
Castillo señaló que la incertidumbre por la que actualmente atraviese el gremio afecta sobre todo al personal “porque mientras no haya mercancía, para qué se van a contratar más trabajadores. Además mientras no se trabaje no se tiene para pagar”.
Mencionó que en el municipio hay cerca de 3.500 locales registrados. Cada uno tiene como mínimo dos empleados. “Todos corren riesgo de perder su empleo”.
Rosa Marín teme quedar desempleada. Manifestó que durante esta semana han trabajado a duras penas “porque cuando se presentan los bululú enseguida bajamos las santamarías. No sabemos qué pasará. Nos da temor”.
3.500 establecimientos
están registrados en el municipio Sotillo. Según el presidente de la Cámara de Comercio de esta jurisdicción, Esteban Castillo, los agremiados están a la expectativa y esperan que para diciembre puedan abrir sus puertas con garantía de seguridad y sin contratiempos.
60 por ciento
acostumbraban los comerciantes a elevar las vacantes de empleo durante la época decembrina y por la falta de mercancía para este año, estimaban disminuir la plantilla en 30%. Ahora por los recientes conflictos, dudan ofrecer nuevas oportunidades de trabajo.