Es común escuchar a un grupo de mujeres, por ejemplo en espacios como el de una oficina, hablar sobre dietas y métodos efectivos para perder peso. Los hombres, por su parte, “no nos preocupamos por eso”. En tal caso, la cuestión es cómo ganar masa muscular durante el entrenamiento. Pero el conteo de calorías y las pastillas “mágicas” que aceleran el metabolismo nunca están entre nuestra lista de prioridades.
No obstante, no todos buscamos lo mismo cuando vamos a un gimnasio o comenzamos algún tipo de actividad física. Y perder peso es algo que, efectivamente, sí preocupa a muchos hombres, aunque no quieran admitirlo. El problema es que existe una falta de cultura generalizada para lograr este objetivo de manera exitosa sin caer en los clásicos errores que, a la larga, pueden hacer que los efectos sean contraproducentes.
La dietista estadounidense Liza DeFazio explica que “si decides adoptar una dieta rigurosa y consumes menos de 1200 calorías al día, tu cuerpo no tardará en entrar en modo de ‘peligro de inanición’”. Por lo tanto, te verás más delgado, pero tu metabolismo habrá hecho un alto para almacenar calorías en forma de grasa, en lugar de quemarlas como energía.
Para evitar esto, te traemos las siguientes 5 lecciones que debes tener en cuenta si quieres perder peso de la manera sana y correcta:
1. Un alimento muy calórico dos veces por semana
El “todo o nada” no funciona. Permítete dos gustos calóricos a la semana, como una pasta o una hamburguesa de almuerzo. Recuerda que los carbohidratos son necesarios para el organismo, más si te encuentras dentro de una rutina de ejercicio donde requieres mantener tus niveles de energía para incrementar la intensidad. Eso sí, respeta la regla: solo dos comidas de este tipo a la semana.
2. Evita la monotonía en el entrenamiento
Una regla de oro: la monotonía es enemiga de la constancia. Si respetas tu ciclo de ejercicios, pero no realizas ningún cambio (solo corres, o haces caminadora, por ejemplo) tu cuerpo irá quemando progresivamente menos calorías. ¿La solución? Cambia tu rutina cada tres o cuatro semanas (en cuanto a la secuencia, el peso, el ritmo).
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