El pasado sábado los venezolanos expresaron su firme rechazo a la ineficiencia, corrupción y arbitrariedad de este gobierno, las cuales han llevado a Venezuela hacia un profundo desastre. El pueblo, en los 335 municipios del país, respondió de manera activa y en la calle contra la pretensión de Nicolás Maduro de aplastar a todo el que piensa distinto y de limitar las libertades de los venezolanos.
El viernes, como había advertido toda la sociedad democrática, Maduro mostró claramente lo que buscaba con la Habilitante: perseguir a la oposición. Órdenes de captura por televisión a dirigentes de Voluntad Popular y Primero Justicia, detenciones a golpes por la madrugada, secuestro de venezolanos por parte de cuerpos de inteligencia. Eso es lo que significa la ley Habilitante.
Ley que es igual a Maduro: ilegítima y corrupta en su origen e ilegítima en su aplicación. Así como Maduro se robó las elecciones y por tanto es ilegítimo en su origen, la Habilitante es ilegítima en su origen porque nace de la corrupción de diputados y del uso corrupto de la justicia para inhabilitar y allanar la impunidad a diputados de la oposición. Así como Maduro es un ilegítimo en su desempeño porque es incapaz de resolver los problemas más fundamentales de los venezolanos, la Habilitante es ilegítima en su aplicación porque lo que busca es perseguir a quienes no están de acuerdo con el gobierno. Porque no es verdad que la Habilitante sea para resolver los problemas económicos, ni para luchar contra la corrupción. No pueden arreglar la economía quienes se han dedicado a destrozar la producción nacional y no pueden luchar contra la corrupción los mismos corruptos.
En 13 días los venezolanos que queremos cambio tenemos la oportunidad de volver a demostrar que somos mayoría. El ejercicio del voto y el acompañamiento activo y permanente con acciones de calle para lograrlo es fundamental y el siguiente paso será sacar a un mal gobierno de Miraflores por la vía constitucional. Fuerza y fe Venezuela.