La Cámara de Comercio de Caracas hizo un pronunciamiento sobre la crisis económica que enfrenta el país, luego de las decisiones tomadas por el Gobierno Nacional en esta materia.
En este manifiesto se asegura que el Ejecutivo se equivoca en relación a las denuncias sobre una supuesta guerra económica y se destaca la angustia que viven pequeños, medianos y grandes comerciantes con esta situación.
A continuación, el comunicado completo:
1. La Cámara de Caracas, luego de valorar la situación de los últimos días y recoger la angustia de los pequeños, medianos y grandes comerciantes de la ciudad de Caracas, invita a la reflexión. Es urgente advertir los efectos sociales de las medidas económicas que se están implementando y sus consecuencias. Afrontaremos el primer semestre de 2014 con serias dificultades: más escasez, más inflación y menos oportunidades de empleo.
2. El gobierno se equivoca cuando trata a los comerciantes como sus enemigos. No hay guerra económica alguna. Todos, sin importar color político, clase social o dedicación profesional, necesitamos las mismas condiciones para prosperar. Todos deseamos un mercado abastecido, sin inflación y que pueda generar empleos de calidad. Para lograrlo es precondición un ambiente de paz, sosiego y la vigencia de un Estado de derecho que garantice el orden social.
3. El gobierno se equivoca cuando ataca el lucro y descalifica a las empresas por tener utilidades y ganancias. El foco prioritario para evaluar las ganancias, es el porcentaje de inflación que lo decide el gobierno con su política económica. Venezuela es el peor país de América Latina en oportunidades y expectativas para la inversión. Las razones son precisamente que no hay condiciones jurídicas que viabilicen recuperar las inversiones. El gobierno sataniza las ganancias, obstaculiza la libre competencia, promueve la presencia de participantes espurios en el mercado, favorece el amiguismo, el compadrazgo y no garantiza las mismas condiciones a todos los actores económicos. ¿Cuál es la ganancia cuando fija el precio del petróleo?
4. Si el gobierno venezolano quiere bajar los precios, ello se logra estimulando la competencia, desregularizando la economía, abriendo canales amplios al emprendimiento, y sobre todo, estabilizando las condiciones políticas, económicas y sociales del país, minimizando la gran incertidumbre que afecta al sector productivo y comercial del país.
5. En los últimos días, se ha sobre-estimulado la demanda de bienes y servicios, sin tomar las debidas previsiones para cubrir los costos y el flujo de bienes para la reposición de inventarios. El gobierno, en esta situación de crisis, por su manejo de las reservas monetarias, debe promover el consumo racional y no el aprovechamiento indebido de decisiones y medidas equivocadas, que envilecen al país y ponen en peligro su futuro.
6. La velocidad de la demanda estimulada por las medidas del gobierno, no se compadece con la capacidad del país para reponer lo vendido. La violencia ejercida contra comercios, sus proveedores y sus arrendadores, inhibe la continuación del ciclo económico cuyo proceso comienza con la actividad de compra y concluye con la venta. El gobierno no ha informado cuál será la política cambiaria a mediano y largo plazo, lo que inhibe, aún más, el reabastecimiento del país.
7. Mientras se persigue a comerciantes y se les convierte en chivos expiatorios de las políticas gubernamentales, los problemas económicos se acumulan porque no se confrontan ni formulan soluciones. La inflación es producida por el gobierno, al no generar confianza social ni mantener políticas públicas de largo plazo. Todos pagamos en “alto costo de vida” que el gobierno gaste más de lo que produce, mantiene empresas públicas improductivas, no enfoca a PDVSA a cumplir su misión esencial y se proclama enemigo de la iniciativa privada. Las razones de la inflación están en la conducta presupuestaria del gobierno y no en el desempeño de costos, precios y ganancias de las empresas privadas. Con una inflación mayor a 50% ¿qué hacer para no perder?
8. Los pequeños comerciantes, sus trabajadores y clientes viven momentos de angustia como consecuencia de esta crisis motivada por razones políticas y no económicas. Todos sabemos qué ocurre cuando la política manipula electoralmente la economía. Todos presentimos que las consecuencias serán deterioro: del salario, de los niveles de empleo, de los niveles de abastecimiento y del costo de la vida. Y nadie quiere eso para el país. Hacemos un llamado a la moderación y a la rectificación. Por la vía del envilecimiento de las condiciones económicas ni gana el gobierno, ni ganan los venezolanos. Todos perdemos.