Las últimas imágenes tomadas por la cámara de William Hong, fotógrafo de la agencia Reuters, han estremecido al mundo entero. No es para menos. Su objetivo ha captado las imágenes del niño chino He Zili, un pequeño de once años que vive en condiciones infrahumanas en su país. Atado a una cadena, como si fuera un animal salvaje, He Zili sufre un severo trastorno mental desde que, cuando contaba un año, se golpeó la cabeza contra el suelo, reseña abc.es.
Fotos Reuters
Su familia, que asegura carecer de dinero para costearle un tratamiento que permita reducir la agresividad que su trastorno psíquico le genera, ha optado por atarle para atajar el problema. En China existen 160 millones de ciudadanos afectados por enfermedades mentales severas como esquizofrenia o psicosis paranoica.
El caso de He Zili recuerda también al que viven en Indonesia miles de personas con este tipo de problemas y que, como en el caso del pequeño chino, son encadenados en psiquiátricos ruinosos en un método que en el país se conoce como «pasung». Los enfermos duermen, comen y defecan, todo en un espacio que mide un metro cuadrado, sin más solución a su terrible enfermedad más que la muerte en vida.