La mejora en la prevención de nuevas infecciones por VIH entre recién nacidos ha sido uno de los mayores logros en la lucha contra el sida, ya que éstos contagios se redujeron a la mitad entre 2005 y 2012, al pasar de los 540.000 a los 260.000 nuevos casos del año pasado.
En 2012, el 62 % de las mujeres embarazadas con la enfermedad en los 22 países del Plan Mundial Contra el Sida recibieron tratamiento antirretroviral para evitar la transmisión del virus a sus hijos, según el informe “La infancia y el sida: inventario de la situación en 2013?, publicado hoy conjuntamente por ONUSIDA y UNICEF, con motivo del Día Mundial contra el Sida, el próximo 1 de diciembre.
“Hoy en día, que una mujer embarazada viva con VIH no significa que su bebé tenga que correr la misma suerte, ni tampoco que ella no pueda llevar una vida sana”, subrayó el director ejecutivo del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Anthony Lake.
Con el nuevo tratamiento antirretroviral simplificado de por vida, conocido como “Opción B+”, hay más posibilidades de tratar de manera más eficaz a las mujeres que viven con VIH y de prevenir que transmitan el virus a sus bebés durante el embarazo, el parto o la lactancia.
Algunos de los éxitos más notables en la reducción de infecciones de recién nacidos se han logrado en países con alta carga del VIH del África Subsahariana, donde estos contagios descendieron, entre 2009 y 2012, un 76% en Ghana, un 58% en Namibia, un 55% en Zimbabue, un 52% en Malawi y Botsuana, y un 50% en Zambia y Etiopía.
Gracias a los avances en medicina preventiva, se han evitado hasta 850.000 nuevos casos, desde 2005, de infecciones de VIH entre niños (0-14 años) en países de bajos ingresos, una cifra alentadora para el objetivo de una generación libre de sida.
Sin embargo, desde la ONU advierten de que, para que esta meta se convierta en realidad, debe aumentar el número de niños con VIH que reciben antirretrovirales, ya que sólo el 34% de ellos recibieron en 2012 un tratamiento adecuado en estos países, frente al 64% de los adultos en esa situación.
Como resultado, alrededor de 210.000 niños murieron debido a enfermedades relacionadas con el sida el año pasado.
Sin un tratamiento adecuado, un tercio de los lactantes infectados con VIH morirían antes de su primer cumpleaños y la mitad antes de cumplir los dos años, alerta el informe.
“Una generación libre de sida significa no sólo que todos los niños nacen sin VIH y permanecen así toda su vida, sino también que tienen acceso a tratamiento todos con el virus”, insistió el director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas sobre VIH/Sida, Michel Sidibe.
Para seguir avanzando en la lucha contra el sida, se está promoviendo que las pruebas de detección y tratamiento sean más accesibles y eficaces, por ejemplo, mediante el uso de teléfonos móviles en Zambia y Malawi, que dan rápidamente los resultados de la prueba del VIH, lo que ha permitido que las madres reciban el diagnóstico de sus bebés casi al momento.
Según estas dos agencias de la ONU, el desafío ahora es aplicar el conocimiento que ya se tiene sobre prevención del VIH y seguir centrando los esfuerzos en evitar contagios entre los niños y adolescentes de grupos sociales más vulnerables.
“El mundo tiene ahora la experiencia y los instrumentos para lograr una generación libre de sida y los niños deben ser los primeros en beneficiarse de nuestros éxitos en la lucha contra en VIH”, precisó Sidibe.