Las reformas le pasan factura a Peña Nieto

Las reformas le pasan factura a Peña Nieto

(Foto Reuters)

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, cumple este domingo su primer año en el poder sin resultados en materia de seguridad y una profunda desaceleración económica, aunque ha logrado sacar adelante algunas reformas estructurales con un pacto político que agoniza. EFE

La aprobación a la gestión del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, quien cumple hoy un año de Gobierno, descendió ocho puntos porcentuales entre julio y noviembre pasados, hasta llegar al 44 %, según una encuesta difundida hoy.

El sondeo del diario Reforma indica que, por primera vez en su gestión, de la que se cumple hoy un año, son más los ciudadanos que desaprueban la forma en que está cumpliendo sus funciones Peña Nieto, un 48 %, frente a quienes apoyan su labor, el 44 %.





La encuesta fue realizada entre el 21 y el 24 de noviembre, con una muestra nacional de 1.200 adultos, un margen de error del 3,1 % y un nivel de confianza del 95 %, indicó el matutino local. En julio pasado, en una encuesta parecida, un 52 % de los consultados aprobaba la gestión del gobernante y un 38 % la desaprobaba.

A la pregunta de cómo ha cumplido Peña Nieto con las expectativas, el 59 % dijo poco o nada y un 39 % mucho o algo. En cuanto a la lucha contra el crimen organizado, una de las principales preocupaciones de los mexicanos, el 21 % la aprueba y el 58 % la desaprueba.

Entre los miembros del gabinete de Peña Nieto, quienes obtienen los mejores resultados son dos militares: los secretarios de Marina, almirante Vidal Francisco Soberón, y el de Defensa, general Salvador Cienfuegos. El titular de Marina recibe una calificación de 6,8 puntos y el de Defensa 6,3.

En contraste, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, el de Economía, Idelfolso Guajardo, y el de Seguridad Pública, Manuel Mondragón, obtienen la calificación más baja, 5,1 puntos.

Analistas consultados por Efe coincidieron en que no se ha dado un cambio de estrategia en materia de seguridad respecto al Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), que desplegó a miles de militares para combatir el crimen organizado, y los niveles de violencia siguen muy altos.

Peña Nieto ha dado un giro en su estrategia de comunicación y ya no está “centrada en la guerra (contra el narcotráfico), que fue uno de los errores más dramáticos de Calderón”, pero los “niveles de violencia siguen siendo muy altos”, dijo Rodrigo Salazar, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

A estas alturas se esperaría que hubiera “avances importantes” en esta materia, pero no se han registrado, lamentó el politólogo, quien sin embargo consideró que se han reducido los atropellos a los derechos humanos “al menos en los aspectos más visibles”.

César Velázquez, de la Universidad Iberoamericana, coincidió en que más allá de que el tema está menos presente en los medios y el Gobierno cambió la forma de cuantificar los homicidios, el secuestro ha aumentado, al igual que la formación de grupos civiles armados para hacer frente al crimen organizado.

Tanto Human Rights Watch como Amnistía Internacional estimaron “decepcionante” el primer año de Peña Nieto y destacaron que medidas positivas como la Ley General de Víctimas y la creación de una unidad de búsqueda de desaparecidos no han tenido un impacto real.

Las desapariciones forzadas, feminicidios, abusos contra migrantes y ataques a activistas y periodistas han continuado, amparados por la impunidad, mientras “los casos de brutalidad policial contra manifestantes y las detenciones arbitrarias han ido en aumento”, indicó.

En el terreno económico, Salazar destacó que el político del Partido Revolucionario Institucional (PRI) recibió “todo muy ordenado y además había muy buenas expectativas”, después de que Calderón logró superar con rapidez la crisis de 2009.

“Ya no queda nada eso”, apuntó, si bien admitió que “necesariamente no todo es culpa de Peña Nieto (…) porque hay cosas que escapan de su control, como la recuperación de EE.UU. o el papel de China”, un claro competidor de México por su perfil productivo.

Entre los errores cometidos a nivel interno, Velázquez mencionó la “desatención al gasto público”. La segunda economía en América Latina después de Brasil cerró 2012 con un crecimiento del producto interno (PIB) de 3,9 % y el Gobierno espera concluir este año con aumento de solo 1,3 %.

Al inicio de su mandato, Peña Nieto pronosticó un crecimiento del 3,5 % para 2013 y prometió cerrar el año con un déficit cero en las cuentas públicas para garantizar la estabilidad económica.

Sin embargo, a medida que avanzó el año el Gobierno no solo tuvo que recortar en varias ocasiones su previsiones ante la franca desaceleración económica, sino que terminará 2013 con un déficit público del 0,4 % del PIB y el 2014 con uno del 1,5 %.