El repentino cierre del paso por los puentes internacionales de San Antonio y Ureña, este lunes al medio día, ejecutado por la Guardia Nacional, con motivo de las elecciones municipales del domingo 8 de diciembre, tomó por sorpresa a miles de personas que se encontraban a uno u otro lado de la raya limítrofe cumpliendo con actividades habituales, publica La Nación.
Cuando los militares de la Guardia Nacional, destacados en el punto de control de la Aduana Principal de San Antonio, anunciaron que se iba a cerrar el paso, la gente comenzó a correr hacia uno y otro lado para pasar el puente internacional Simón Bolívar y no quedar represada en la frontera. A las 12 del día los militares del Destacamento de Fronteras número 11 de la Guardia Nacional, encargados de ejecutar la orden emanada de la Región de Defensa Integral, Redi, no permitieron más el paso de vehículos.
El tránsito de peatones fue de manera continua hasta pasada la 1:00 de la tarde, pero luego la gente debió hacer cola por una calle próxima a la Aduana, porque los militares al parecer iban a permitir salir rápidamente del territorio venezolano. Desde varias cuadras antes de la sede aduanera, por la avenida Venezuela, el paso de peatones fue restringido por los guardias nacionales.
Sobre el puente internacional Simón Bolívar, la Guardia Nacional colocó otra barricada con alambres y vehículos militares para impedir el tránsito de personas y vehículos en sentido de Colombia hacia Venezuela. El cierre se mantendrá día y noche hasta pasadas las elecciones municipales del domingo 8 de diciembre.
La medida fue ejecutada únicamente por la Guardia Nacional, pero se dijo que también vendrían a apoyar la acción los militares de la Brigada de Paracaidistas del Ejército, que en los anteriores procesos electorales se han encargado del bloqueo fronterizo.
Desde el pasado fin de semana corrió el rumor de que se iba a cerrar el paso fronterizo, pero la gente que diariamente, por diferentes razones, atraviesa la raya limítrofe colombo-venezolana, continuó este lunes con sus actividades normales y el tempranero bloqueo los sorprendió.
Personas que se quedaron varadas del lado venezolano, expresaron su malestar con esta medida, la cual calificaron de “abusiva y arbitraria”, “otra vez comenzaron las penurias”, dijeron.
José Gómez, un cucuteño que se encontraba en San Antonio haciendo mercado, señaló que el cierre con tantos días de anticipación a la jornada electoral es, a su criterio, un abuso.
— Debieron avisar o haber esperado hasta la noche para cerrarla, para que la gente tomara precauciones. Muchas personas colombianas vinieron a San Antonio o subieron a San Cristóbal, y ahora tendrán que arreglárselas para poder pasar. Ya los moto-taxistas están cobrando 200 bolívares para llevarlo a uno hasta cerca de una trocha, y allí hay que pagar otros 100 bolívares para que lo ayuden a uno a cruzar el río. Es un peligro—, dijo con disgusto el visitante.
Otra mujer, que se identificó como María Luisa, expresó que venía de Socopó, estado Barinas, a hacer una diligencia en Cúcuta y a visitar a algunos familiares.
— No me queda otra opción que regresarme, porque yo no voy a pasar para Cúcuta, para luego estar sufriendo para devolverme de allá—, manifestó.
Por su parte, Nelson García, otro venezolano, procedente de la capital del país, que iba para Cúcuta, declaró que era de esperarse el cierre de fronteras, pero no con tantos días de anticipación al proceso electoral. “Es una semana de trabajo que se pierde por el cierre del paso y nos crea muchos inconvenientes”, dijo.
Algunos comerciantes de la avenida Venezuela, próximos a la Aduana, este mismo lunes comenzaron a cerrar sus establecimientos, porque dicen que al estar bloqueada la frontera, las ventas caen en un altísimo porcentaje, al no haber a quién venderle.
Otros calificaron de abusivo el cierre del paso que los militares hicieron desde varias cuadras alrededor de la Aduana, porque no le permiten el tránsito a las personas que se dirigen hacia los comercios a comprar.
Tras el cierre de frontera, la Oficina de Migración, del Saime, colocó un aviso en la puerta anunciando que a partir de la fecha no sellará pasaportes para entrar o salir del territorio venezolano, lo que impide continuar hacia el interior a todo aquel visitante extranjero que logre cruzar por alguna trocha. Sin el sello de Migración, el viajero no tiene entrada legal al país.
José G. Hernández