Una vez, Gerardo Blyde, alcalde de Baruta en Caracas y candidato por la unidad a la reelección, me dijo “no se puede vivir de glorias pasadas” mientras hablábamos sobre el movimiento estudiantil de 2007 y los logros políticos que obtuvimos durante ese año, propinando la primera y única derrota electoral que sintió Hugo Chávez en su historia política.
Razón tiene Gerardo al hacer no solo tan aseveración, sino consejo para quienes vamos incursionando poco a poco en la política nacional, porque debemos tomar los puntos positivos de lo hecho para pulirlos en vísperas de futuro y aprender de los errores cometidos para evitar incurrir nuevamente en ellos.
Sin embargo, esta época del año sirve para recordar lo que fue el movimiento estudiantil de 2007, sobre todo porque precisamente tal día como ayer (2 de diciembre de 2007) un grupo de estudiantes universitarios sin “burdel político” como se utiliza en argot coloquial venezolano, no unimos en un solo bloque para llevar un barco hacia un puerto seguro que era evitar que el gobierno aplicara de manera legal un paquete para reformar nada más y nada menos que 69 artículos de la Constitución Nacional.
Sería mezquino asegurar que fuimos solo los estudiantes de la época quienes logramos el éxito, porque los factores políticos también tuvieron su rol vital en semejante campaña, pero mi menester por participación y conocimiento es hablar del sector joven, estudiante e irreverente.
Lo importante a resaltar del movimiento estudiantil fue la unidad que se logró en TODAS, absolutamente TODAS las casas de estudio a nivel nacional. Unificando en criterios a universidades públicas, privadas, experimentales, institutos universitarios, etc. Nuestra meta era clara y lo que queríamos era despertar en el colectivo no solo interés en lo que era la reforma, sino conocimiento para que cuando acudieran a las urnas electorales, seleccionaran su voluntad con criterio para votar con razón en lugar de corazón.
Se llevó un debate a lo largo y ancho del territorio nacional, en sectores populares, urbanizaciones, espacios públicos y cuanto rincón y oportunidad se nos presentara. Los medios de comunicación, fomentaron en sus espacios debates con quienes apoyaban el proyecto de reforma, que generaban una gran e interminable agenda en la que nos teníamos que dividir para poder acudir y dejar que la sociedad pudiera comparar los Pro y los contra de semejante propuesta.
Logramos el respeto y apoyo de la gran mayoría del país en sus diversas formas organizadas y no organizadas también. Los partidos políticos nos dieron paso para seguir con el trabajo y la sociedad no partidista, muchos agrupados en gremios, nos facilitaron sus plataformas (espacios) para colaborar con el debate que estábamos llevando acabo para poder penetrar cada vez más en la opinión de los venezolanos indistintamente de su inclinación política.
Seguramente, muchas personas dirán “sí, lograron vencer la reforma electoralmente, pero igual la aplicaron como les dio la gana” y tienen razón en tal afirmación. Lo que no ven esas personas, es que si no se hubiese logrado esa victoria de la que tanto orgullo sentimos hoy en día, todas esas leyes que han creado a la carrera a partir de 2010, hoy tendría rango constitucional y no podríamos apelar a su inconstitucionalidad posteriormente que este desastre político y jurídico que estamos viviendo, porque tengan la seguridad, que todo esto en algún momento va a cambiar y podremos demandar la reparación de todos los actos que se han cometido usando y abusando de irregularidades jurídicas.
Lo que quiero, que vean y asimilen Uds. mis respetados lectores es que la oposición venezolana luego de muchos profundos procesos de decantación ha logrado la unidad que los venezolanos no organizados políticamente tanto pedían, pero no era un asunto fácil. Hoy, en la gran mayoría de los municipios del país, se cuenta con planchas unitarias presentadas como opción para gobierno municipal, respaldados por la tarjeta de la unidad que pareciera algo sencillo, pero es complejo que partidos políticos de larga data dejen su marca, su estandarte para aglomerarse en torno a una sola opción, lo cual a mi entender, es un gran logro.
También hay que resaltar que muchos dirigentes estudiantiles de 2007, decidieron seguir en la vida por el bien común, y el domingo tienen sus nombres como opción para ofrecer sus servicios a sus comunidades. El municipio Sucre de Caracas cuenta con varios en las filas para ser concejales, entre ellos Andrés Schloeter y Alejandro Mejía, en El Hatillo con David Smolansky para Alcalde, en Barquisimeto con Alejandro Romero para concejal y muchos otros más que tienen años trabajando, luchando y preparándose para ofrecer lo mejor a sus comunidades.
Ahora a los ciudadanos nos toca asumir nuestro rol y responsabilidad. Debemos acudir masivamente el próximo domingo para ejercer no solo nuestro derecho, sino el deber ciudadano de escoger con sinceridad e inteligencia quién será nuestro gobernante más cercano por los próximos 4 años. Ese gobierno local al que tenemos acceso para que soluciones los problemas cotidianos de cada una de las poblaciones.
Puede que legalmente, el voto sea un derecho, pero moralmente debe ser un deber. No podemos permitir que otros elijan por nosotros y luego lamentarnos y mucho menos pensar que un solo voto no marcará la diferencia, porque si muchas personas piensan así, entonces serán muchos votos y esos SÍ pueden inclinar la balanza hacia determinado lado, posiblemente, contrario al que Ud. quisiera.
Entonces ¿dejará que otro decida por Ud.? ¡Yo no!
PD: Gerardo, muchas gracias por tus sabias palabras, consejos y lecciones, pero sobre todo, por ser tan acérrimo defensor de la democracia y sus valores, así como impulsor de la unidad nacional.
Federico Black
@FedericoBlackB