No hay nada que desespere más a un dictador que una oposición que crea en la democracia. Se caen todos los libretos y las teorías conspirativas, desde el gobierno se quedan sin la capacidad de pescar incautos, porque no hay enemigo visible que pueda enfrentar a la población en una lucha entre quienes defienden la institucionalidad y quienes quieren destruirla ¿Les suena? Tal vez porque tenemos un gobierno que culpa a la oposición de un apagón general, cuando controlan el sistema eléctrico y tienen militarizadas las instalaciones.
Algunos se preguntarán ¿Dictadura? ¿Con elecciones todos los años? A lo que les respondería que los más férreos regímenes autoritarios se han caracterizado por ser plebiscitarios. La diferencia con el caso venezolano es que en estos sistemas se vota pero no se elige, pues en la mayoría de los casos no hay alternativas a la opción hegemónica. Como en Cuba, donde el Partido Comunista “gana” con el 99% de los votos.
En Venezuela tenemos la posibilidad de elegir, en un ambiente sumamente hostil y sumamente desigual, pero podemos hacerlo todavía y eso es el resultado de insistir. En aquellos países donde el voto perdió su esencia, la conculcación de derechos no fue un proceso inmediato, fue progresivo y en muchos casos devino en el abandono del terreno democrático por parte de las fuerzas disidentes.
Sabemos lo frustrante que es para algunos que se compita en clara desventaja contra un gobierno que abusa, que debilita las garantías del proceso electoral y que usa los poderes públicos para infundir miedo, pero aun con todo el poder y dinero que tienen, a ellos les infunde pánico nuestra capacidad de resistir, sin desmayar. Porque sería más fácil encontrarnos con dos piedras en la mano, puesto que cuentan con las fuerza de las armas para silenciarnos, pero con las manos arriba, firmes, sin bajar la cabeza cualquier tanqueta se detiene.
Aquí no le estamos pidiendo que pongan la otra mejilla, le estamos pidiendo que no se rindan y sepan defenderse antes que abandonar el terreno. Usted no puede declararse robado cuando ha salido sin medio en el bolsillo, usted no puede patear la mesa antes de empezar a jugar, usted no puede defender su voto si se queda en su casa viendo pasar los toros de lejos.
Personalmente la única historia que me gusta que me cuenten es la escrita en los libros, no en la que tengo oportunidad de participar y ser protagonista. Tú eres protagonista nuevamente este domingo, lidera tu mismo lo que quieres para tu futuro inmediato.
Están unas opciones sobre la mesa, que gane o pierda alguna de ellas depende de tu voto, de tu capacidad para defender tu voluntad, para perder el miedo. Yo no me rindo, a mi no me contará nadie lo que pasó en mi país, tampoco nadie elegirá por mí. Rezaré, pero teniendo claro que eso es rogando y con el voto dando, porque este muro no se derrumbará solo, tenemos que empujarlo todos.
Brian Fincheltub
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