El consumo adictivo de series de televisión está sufriendo una transformación radical, con temporadas enteras disponibles en las plataformas de vídeo a la carta, difusiones tan sólo 24 horas después de su estreno en Estados Unidos o el streaming ilegal.
Sophie Laubie/ AFP
La última revolución vino en febrero de Netflix, la plataforma estadounidense de vídeo a la carta, que puso en línea de una sola vez los 14 capítulos de su serie “House of Cards”, en un intento de satisfacer a sus fans hambrientos dispuestos a tragarse una temporada entera de golpe.
Amazon, que difunde desde mediados de noviembre su propia serie de televisión en internet, “Alpha House”, seguirá sus pasos.
“Netflix ha roto las reglas, ha dado libertad en comparación a las encorsetadas cadenas con reglas de programación muy rígidas”, que difunden generalmente un episodio por semana en Estados Unidos y dos o tres en Francia, explica Pascal Lechevallier, especialista de vídeo a la carta (VOD) y fundador del portal VOD de la cadena francesa TF1.
A medida que la calidad y la popularidad de las series mejoró en las décadas de 1990 y 2000 y que aparecieron comunidades de fans en internet, compartiendo impaciencia, los amantes de las series han abandonado las citas a horas fijas para ver “ER” o “Friends” y se han convertido a menudo en adeptos del “binge viewing”, la necesidad compulsiva de ver toda una temporada de una sola vez.
El consumo ilegal de series en internet con el sistema del streaming (como si fueran un vídeo en YouTube, sin necesidad de descargarlas) se ha incrementado en los últimos años y ya es una práctica habitual. Según una encuesta reciente de la autoridad francesa contra la piratería (Hadopi), tres cuartas partes de los internautas consideran fácil este modo de consumo.
Según este estudio, un 42% de los encuestados franceses utilizan el streaming para ver series al menos una vez por semana, legalmente o no. La mayoría (60%) buscan series de menos de seis meses y cerca de un tercio de menos de un mes.
A la vanguardia de la televisión
Buena parte de los telespectadores ya no parecen estar dispuestos a esperar a que las cadenas de televisión, sujetas a problemas de calendario y de doblaje, difundan una determinada serie, explica Alain Carrazé, especialista en series.
“Una parte de los adictos a las series han abandonado completamente la agenda de difusión de la televisión francesa”, dice el sociólogo Clément Combes, autor de una tesis sobres el tema.
Para luchar contra la piratería y responder a las expectativas de los “adictos” se han multiplicado los servicios de vídeo a la carta : ahora se pueden ver series en los portales de las cadenas de televisión, pagando por capítulos o por abono, en plataformas tipo Netflix.
En Francia, desde 2007 han llegado al mercado nuevas ofertas legales para ver series estadounidenses justo después de su estreno en Estados Unidos, mediante la compra a la unidad o por abono.
“Hoy las series están a la vanguardia de los nuevos consumos de televisión” tanto por su formato como por la posibilidad de verlas en varios soportes, asegura Pascal Lechevallier, “un capítulo de una serie de televisión dura 42 minutos y se puede ver incluso en un teléfono móvil”.