En contacto con el canal de “todos” los venezolanos, Venezolana de Televisión, el mayor general Herbert García Plaza, no sale de su asombro (un sofá cama de 100 mil BsF, por ejemplo) con los precios encontrados en la tienda de la distribuidora “Distinmuebles”, representante exclusivo de marcas italianas de lujo para Venezuela ubicada en Los Teques.
La empresa reseña en su página web que es representante exclusivo del grupo italiano Natuzzi, “la más Grande Empresa Italiana en el sector de la decoración y es uno de los líderes mundiales en el segmento de sofás de piel”, con su marca de lujo Italsofa y la empresa Alf Italy, una de las “empresas más significativas del sector del mobiliario internacional”.
Si bien, los precios pueden parecer exorbitantes, cabe acotar, habría que preguntarse si este distribuidor, al que tildaron “de ladrones”, tiene certificado de no producción para acceder al dólar oficial Cadivi para importación.
Así mismo, buscando listas de precios de los muebles Natuzzi, nos aparece este site canadiense en el que se refleja que los mismos no son nada económicos (mucho menos socialistas ni anti imperialistas) oscilando entre un mil y seis mil dólares canadienses.
Pobre García Plaza. Desconocer que en la vida hay objetos que por su marca, confección y utilización de materiales sean más costosos que otros es cuestión de cultura general.
En este orden de ideas, el mayor general tal vez crea que un automóvil Porsche deba costar igual que un Chery por tener cuatro ruedas y un motor… o que el caviar beluga (10 mil dólares por kilo) haya que regularlo al mismo costo de una lata de sardinas (por venir del mar).
Seguro “caería redondo” si se entera que el Rolex de José vicente Rangel cuesta 520 mil BsF… o que al Tissot de mil dólares que usa Maduro hay que ponerle el precio de un Casio por dar la hora.
En un país donde es un calvario conseguir un POTE DE LECHE.