El sistema político TODO es cínico por definición, y por eso los grandes capitostes de este negocio rojo son ahora plutócratas, que a la par de acumular poder político, amasan fortunas que solo pueden medirse con las de grandes empresarios “del imperio”.
Por eso el arma del odio de clase, que tanto han usado contra la oposición, no dudo que se les devolverá como boomerang contra ellos mismos porque los convertirá, en su momento, en sus principales objetivos. Por aquello de la tos y el dinero que no pueden ocultar detrás del disfraz de luchadores revolucionarios cuando apenas son la peor plaga de depredadores del erario público, que al compararlos con los de la cuarta, que fueron apenas unos roba-gallinas, estos resultan ser grandes bellacos de siete suelas.
Ni siquiera seremos nosotros los que haremos las listas de buscados, la gente de Aporrea.com, que seguramente concentra a los pocos ilusos que quedan de la causa chavista, harán gustosos esa tarea, cuando se haga definitivamente evidente la enormidad de la estafa que estos hegemones.
Por ahora, mientras hubo barril de petróleo a 100 dólares y sobre todo en volúmenes para vender y no para ser obligados a canjear rematados por deuda con China y mientras no se llevó a los actuales extremos la regaladera de idiotas para comprar de lealtades ideológicas, aquí se mantuvo la economía capitalista buhoneril bajo la ficción de asignar ingresos, por la vía de las Misiones, a varios millones de compatriotas, disimulando así que habían sido expulsados del mercado de trabajo productivo porque digámoslo, así sea reiterativo: aquí se destruyó en estos años buena parte de las fuentes de empleo.
A quienes aún, ya en el último aliento de esta economía absolutamente truculenta y artificiosa, disfrutan verse regalar lo que no han producido, por unos irresponsables del gobierno que ganan votos mandando a saquear y entregando dineros que solo vienen de la maquinita de hacer billetes, les propongo que participen del remate comprando algún bien útil, que puedan revender más adelante, para comprar comida, que llegará a costar 10 veces más, en valores reales, y será 100 veces más escasa.
¿Qué celebran entonces los comensales rojos de esta guachafita electorera de fin de fiesta, de la estafa política que se vive desde hace 15 años, compartida con los socios opositores?
…Celebran que se siguieron consiguiendo millones de incautos que fieles e impertérritos en sus idolatrías de concursos mediáticos, vuelven al juego de la “casa siempre gana”, hasta convertirnos en el país de mayor inflación, de peor seguridad, de peor equipamiento, calidad educativa, salud pública, vialidad, de mayor corrupción del mundo, de menor eficiencia económica imaginable, y considerado ahora el peor sitio en el mundo para invertir.
Supongamos que no se dé ningún recambio, advenido por colapso del Estado y que implica que las FFAA se obligan a asumir el poder en medio de un Estado de Necesidad, que es la tesis que comparto, y que como resultado de esta eterna espera se despliegue entonces, a plenitud, la voluntad de colaboracionismo de los alcaldes y de la dirección caprilista de la oposición, que acaban de prometer ser perrunamente dóciles ante el poder de Maduro…¿Qué será lo que nos aguarda?
Lo primero que hay que decir amigos, es que nada se gana con ufanarse de ganar las alcaldías de ciudades con mayor la concentración de problemas, y de población indignada por la miseria e inseguridad, a lo que hemos de sumar la masiva abstención que despreció esos comicios porque saben que no le resuelven nada, en el actual entorno de país en colapso, y muchos entre ellos hasta intuyeron que agravan todo…
¿De qué nos vale ver convertida a Evelin Rosales, según su ya consuetudinaria voluntad de idiocia política, en “mano derecha de Maduro” según sus propias e inspiradas palabras, compitiendo desde Maracaibo con Ramón Muchacho de Chacao, que pondera como aplicable el mamotreto ideológico dejado por Chávez, en el famoso Plan de la Patria convertido truculentamente en ley? y no sigo para no granjearme más enemigos “de este lado”…si ya sé… “los radicales no entendemos las realidades del poder”
Pero menos mal que para algunos ya hay santos nuevos. Leopoldito vio llegar su oportunidad de beberle la sangre a Caprilito y decir abiertamente que el otro se rajó el 14 de abril, lo cual es correcto, pero tardó 8 meses en decirlo, para no ahuyentar votos que necesitaban “sus” candidatos.
La pregunta que hacemos es: ¿ y qué es lo distinto que nos propone Leopoldo si también nos llama a construir una mayoría de aquí al 2019? ¿Mejor dicción acaso, para proponer las obviedades acostumbradas sobre el deber ser democrático?
Está bien, es útil, pero seguimos en las mismas. De esta situación no se sale por las vías pactadas al ser de hecho cuentadantes del régimen, en lo que se les va la vida, cuidando espacios para sus clientelas.
La lección sencilla es la siguiente: si usted quiere ser beneficiario clientelar de ESTE régimen, usted no puede, NO DEBE andar en plan de sacar ventajas de esas figuraciones y de sus responsabilidades como cuentadantes asociados al régimen, por la sencilla razón que ellos – los alcaldes- deben ocuparse de lo que debe ocuparse un Alcalde y no en ser furgones de cola de candidaturas para el 2019… y ya hay los que sacan cuenta para el 2025. ! Que vicio Dios Mío ¡
Maduro se frota las manos celebrando que ya está RELEGITIMADO, según él, y no le falta razón. Los electos y sus líderes figurines están jurando lealtad al régimen de sus “majestades satánicas” y no son precisamente los Rolling Stones.
El cadencioso y tongoneado valse del Guaire sigue entonces campante, como si entre uno y otro fraude electoral masivo se hubiera generado una mutua dependencia, de cada vez más inextricable unidad de propósitos: El Diálogo, La Paz, La Democracia, La Reconciliación, dicen los más audaces.
Nunca se dijeron más mentiras en menos días y dígame ahora en vísperas de pascuas… los babosos harán legión, todos se han creído su propio cuento, el que lanzaban en los mítines para consumo de incautos.
De tanto repetir sus fabulas han terminado siendo parte del morboso decorado de este régimen de oprobio, son todos de LA CORTE DE MADURO, rey rojo por voluntad del difunto cósmico y de su obra más abyecta “el mejor sistema electoral del mundo”.
Provoca dejar este mismo sistema electoral, una vez que se derroque este poder malandro y llamar a elecciones pero con la garantía que “la casa siempre gana” y empezar por una constituyente que le dé al nuevo poder 127 diputados y a la oposición 4, cuando éramos el 50% o más del país, o el 80% de las Alcaldías de ahora, cuando puedes imponerte por vía de nóminas del Estado, capta huellas, y demás aliños que le toca a la Tibi garantizar y que acepta gozosamente, como si fuese un imponderable, el resignado cínico que tienen allí …y que representando a la oposición.
Capriles debe volver a su gobernación para que se defienda con su propia clientela. Ya no va más su candidatura lava y listo, Leopoldito ya le ronca en la cueva.
La única del trio mediático, de los acusados de todos los males por Maduro y que exhibe algún realismo, es María Corina, quien aparentemente no ve una salida electoral a este caos, incubado por la clase política miserable que nos amenaza con hacernos extinguir como país.
Como colofón de toda esta tragicomedia electoral y sus incidencias, escenificadas en los remates póstumos del régimen chavista, tengo el deber de decirles sobre todo a los escépticos, que nunca hubo mejor ocasión para dar al traste con esta idiotez, que gobierna a nombre de ideologías en bancarrota.
Para hacer palpable esta realidad solo faltaba este escenario de alta abstención, que se suma al fracaso combinado de Maduro y de sus socios de la oposición sifrina, arruinándoles su maniática polarización.
Todos creen haber ganado algo y lo único evidente, de lo que pudieron haberse enterado, es que el país votó resignado o amarrado por lealtades inerciales, o por la arepa, pero que luego del 8 D desapareció todo resquicio de entusiasmo como para seguirles viendo como líderes viables, porque lo único que se ve, son esas declaraciones de mediocres que dan vergüenza ajena, como diciéndole al poder central, ahora reconocido: No Me Dejes Morir, Tírame Algo.