1. Prepara el platillo desde el inicio cuando puedas. Evita comprar platillos pre-preparados, incluyendo cajas de mezcla para pastel, puré de papa o arroz pre-cocido. Esto no solo beneficiará tu bolsillo, además te ayudará a liberar a tu familia de conservadores y aditivos innecesarios. Informe21
2. Prefiere cortes de carne económicos. Aunque creas que no tendrán mucho sabor la preparación podrá hacerlos saber como el corte más caro. Simplemente recuerda guisarla durante mucho tiempo a temperatura baja y agrega una salsa llena de sabor.
3. Compra productos de temporada. Los productos frescos de temporada suelen ser más baratos y mucho más saludables. Sustituye tus recetas con frutas y verduras exclusivas de la temporada y verás un recorte considerable en la cuenta del súper. ¿Otra opción? Busca el producto deshidratado, en lata o congelado. Compara precios y sabores.
4. Aprovecha las rebajas. Compra tus verduras congeladas cuando tengan descuento. Los nutrientes se conservan mucho mejor en productos congelados que en productos enlatados. Además de esto, los productos congelados serán generalmente mucho más baratos que los productos frescos y durarán más tiempo.
5. Busca recetas que sustituyan la comida rápida. Uno de los mayores gastos que enfrentamos es la comida rápida o la comida para llevar. Recorta ese gasto innecesario buscando recetas que acaben con el antojo de la comida preparada, como una rica receta de pizza o sushi.
6. Planea con anticipación. Busca ir una vez a la semana al supermercado y llevar una lista con los ingredientes de todo lo que planeas preparar en la semana. Esto evitará idas extras al súper y te ayudará a no salirte de tu presupuesto.