Los canales de televisión hacen cuñas navideñas y nosotros quisimos colgar en esta portada de despedida por este año nuestra foto. Somos los trabajadores de TalCual, los que hacemos que este periódico llegue hasta sus manos cada día. La verdad no somos muchos, pero -parafraseando a Churchill- nunca un periódico le debió tanto a tan poca gente. Por encima de sanciones y multas, amenazas y juicios, seguimos adelante, con nuestra alma invicta al estilo Mandela. Nos gusta la libertad, creemos que este país es mejor con la existencia de medios plurales y democráticos y esta convicción mueve nuestras acciones de cada día. Nos gusta la crítica, no solo porque criticar es muy sabroso, sino porque consideramos que nos hace mejores como país poder discutir abiertamente aquello que marcha mal para corregirlo.
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Lapatilla
No hace falta ser Dos Santos para avizorar que si este año fue duro, el que viene será maduro todavía. Somos una tierra de contradicciones: en nombre del socialismo se desata el capitalismo consumista más salvaje con miles de personas haciendo cola para la compra de blu ray y televisores de plasma de primera necesidad. Una semana nos mandan a vaciar los anaqueles y a la siguiente nos piden bajarle dos al consumismo. Poner en evidencia estas contradicciones es nuestra tarea cotidiana, con ánimo de que podamos superarlas, avanzar y mejorar. Discrepamos del gobierno porque nuestra misión no es sumisión. Eso en la Venezuela de los últimos tiempos se paga caro, pero siempre vale la pena la apuesta, cuando lo que está en juego es la libertad de pensamiento y de criterio.
Somos un equipo con mística. Nuestras instalaciones son pequeñas y trabajamos con la uñas, pero nos gusta que la gente crea que somos un gran imperio comunicacional, porque en verdad lo somos. El imperio está en la fuerza que nos mueve, en la conciencia que tenemos de nuestro deber y en el ánimo que cada uno pone en hacer que este periódico siga siendo una referencia nacional e internacional.
Creemos en una Venezuela de inclusión y abogamos por ella. Necesitamos un proyecto compartido de vida que nos aglutine y nos llene de esperanza, un país plural en el que lo singular se respete. Nosotros los fotografiados, hombres y mujeres, altos y bajitos, gordos y flaquitos, bigotudos y lampiños, nosotros, los que hacemos que este periódico llegue a sus manos cada día, llueva truene o relampaguee, ratificamos nuestro compromiso de seguir trabajando por la esperanza y la reconciliación, bajo este cielo que nos une y convoca. Queremos desearles buenas fiestas en familia y que esta pausita navideña nos ayude a todos a recobrar aliento para seguir en la brega en el 2014. Según el calendario Chino, muy digno de tomar en cuenta dada la notable influencia que el imperio oriental mantiene sobre nosotros, el año venidero será el año del “caballo de madera”. Como sabemos que será un año de mucha confusión, nada mejor que finalizar citando a Confucio: “Quien puede aprender algo nuevo de un camino viejo, puede considerarse un sabio”. Quiera Dios que el caballo de Maduro tenga la inteligencia de encontrar caminos nuevos a ideas que lucen hoy envejecidas por tanto abuso. Nosotros desde aquí, tengan la certeza, seguiremos haciendo nuestro molesto aporte.
Feliz Navidad, prospero año y felicidad suprema para todos.