“Anoche no pude dormir. A cada rato llegaban heridos y muertos en la sala de emergencia del hospital Luis Razetti de Barcelona. Fue un día trágico para los pobres médicos” expresó el defensor de Derechos Humanos, Esteban Mendoza, reseñó El Tiempo.
El señor de 64 años, quien está recluido desde el 24 de diciembre porque botó sangre por la boca a causa del consumo diario de aspirinas, no exageró nada. En el recinto ingresaron 21 lesionados y ocho fallecidos, entre las 12:24 am del martes y las 8:00 am de ayer.
Mendoza dijo que en el centro asistencial le suministraron el tratamiento y le dieron una cama en la Nochebuena.
“He visto dos y tres médicos, más un par de enfermeras por guardia. Los parientes de un muerto de tiro se pusieron agresivos con una doctora”.
El ama de casa Marina de Hernández, domiciliada en Cantaura, sí tuvo que comprar vitamina C, ácido fólico y complejo B 12 para su hijo Elvis Hernández, de 19 años, quien contrajo dengue. Además gastó 300 bolívares por un examen de sangre.
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