El Gobierno está entrampado. El anuncio en torno a un ajuste del precio de la gasolina ha causado resquemor en sectores de la sociedad, pese a la invitación del Ejecutivo de generar un debate que permita un consenso ciudadano para determinar el eventual aumento, así lo publicó Erika Hidalgo López de El Mundo.
Y es que, aunque la administración de Maduro ha tomado en serio la enorme brecha entre los costos de producción y las pérdidas cercanas a $12.500 millones por el subsidio, está también muy claro de que se trata de una medida antipopular en medio de una bonanza petrolera, de acuerdos blandos de suministros a países de Petrocaribe y un férreo control sobre las divisas, coinciden analistas consultados.
Por estas razones, luego de varias declaraciones de diferentes cabezas de ministerios -incluyendo la del propio Ministro de Petróleo y Minería, Rafael Ramírez- que apuntaban a la necesidad de un ajuste inminente del valor de los combustibles para al menos cubrir los costos de producción de la gasolina, el presidente de la República, Nicolás Maduro, suavizó las declaraciones de su equipo asegurando que se tratará de una medida progresiva que podría ser incluso aplicarse en un lapso de tres años.