El número de asesinatos en Venezuela disminuyó un 17 % este año, con lo que el país logró reducir la tasa de homicidios a 39 por cada 100.000 habitantes, dijo hoy el ministro del Interior, Miguel Rodríguez, tras rechazar cifras de una organización privada que apuntan al doble de homicidios.
Al ofrecer un balance anual de la labor de su Ministerio, Rodríguez agreg
ó que la cantidad de secuestros bajó además un 51 %, un hecho que atribuyó a los planes implementados por el Gobierno a lo largo del año, entre los que destaca la salida de militares a las calles en el marco del programa “Patria Segura”.
“Las estadísticas del Ministerio señalan que (…) estamos en 39 homicidios por cada 100.000 habitantes”, dijo en declaraciones a periodistas.
El ministro reconoció que la cifra, aunque menor a la tasa de 54 homicidios informada para 2012, “no es el estadio ideal” y prometió seguir trabajando para reducir de manera permanente delitos como los homicidios, los secuestros y los robos de automóviles.
Al mismo tiempo, cuestionó las cifras dadas a conocer ayer por la organización no gubernamental Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), que señaló que Venezuela registró una tasa de homicidios de 79 por cada 100.000 habitantes este año.
Rodríguez atribuyó a una “intención política” estas cifras y pidió revisar el “perfil político” de esta organización y de “quien la dirige”.
El OVV precisó que sus cifras fueron obtenidas con el uso de distintos métodos de predicción estadística como el Brown y el Holt por parte de los investigadores de las siete universidades que integran la organización ante la “censura oficial” sobre los números de homicidios que, aseguran, existe desde hace una década en el país.
A inicios de este año, el Gobierno había informado de un alza de 14 % en la cantidad de homicidios durante 2012, a un total de 16.072 casos.
Venezuela registra la tasa de homicidios más alta de Suramérica, una condición que el Gobierno suele atribuir a los males del capitalismo pero que también ha enfrentado con una mayor cantidad de policías y militares en las calles. EFE