Ayer en Venezuela circularon dos listas rojas rojitas: una muy dolorosa y que le destroza el alma al país porque enumera las víctimas asesinadas por el hampa y algunos policías gatillos alegres. La otra lista es tenebrosa y represiva, ya que proviene de una ministra cuyo trabajo debería ser el dar a conocer las obras, las metas y los proyectos que este gobierno ha culminado o piensa terminar en 2014.
También la funcionaria debería ocuparse no solo de la buena imagen de la gestión bolivariana sino de quien preside los destinos del país, amén de sus ministros y altos funcionarios. Pero la ministra no lo entiende así, y con su desatinada labor de propaganda le coloca piedras en el camino al señor Maduro, que ya bastantes problemas tiene con la hiperinflación, la violencia del hampa que mata a diario, en promedio, a una veintena de ciudadanos, especialmente mujeres, ancianos, jóvenes y niños.
Encima, los consejeros económicos del señor Maduro no dan pie con bola y cada una de las nuevas medidas que le proponen a Nicolás no tienen otro efecto que hundirlo más en el pantano del endeudamiento interno y externo, en la entrega del país a los inversionistas (¿o imperialistas?) rusos y chinos, que no regalan dinero como lo hacía Chávez sino que cobran capital e intereses rigurosamente en dólares, petróleo y minerales.
La “Lista Rodríguez” (pues así es el apellido de la susodicha funcionaria) pretende someter al escarnio público a todo opositor que se le ocurra viajar al exterior en época de vacaciones, como si eso fuera un delito y no la demostración de que todavía en este país se puede agarrar las maletas y trasladarse a algún sitio de este continente para descansar, visitar a un familiar, llevar a los hijos a conocer otros parajes, en fin, para lo que le provoque a cada quien.
Pero a la señora Rodríguez (quien como asesora de Roy Chaderton viajó muchas millas a costa nuestra y a todo lujo) le indigna que los venezolanos viajen porque seguramente quiere que Venezuela se parezca a la república comunista de Corea del Norte, donde conseguir un pasaporte y un visado para salir al exterior es más difícil que comprar un litro de leche en polvo en Caracas para alimentar a nuestros hijos.
La ministra olvida que hasta hace poco en Cuba estaba rigurosamente prohibido viajar al extranjero y que apenas hoy se ha abierto una rendijita para que algunos cubanos no comunistas salgan legalmente, gota a gota, a Europa o Estados Unidos.
En Corea del Norte quien intente salir del país sin la venia de las autoridades es fusilado de inmediato, en Cuba son condenados a prisión y los que huyen en balsas son ametrallados por la Marina o la Aviación cubana, y si se salvan los esperan centenares de tiburones. Hoy el golfo de México es el mayor cementerio marino de la república socialista de Cuba. ¿Es eso lo que usted desea señora Rodríguez?