Decenas de miles de aficionados participan este lunes en el último homenaje a Eusebio, el mítico jugador portugués de los años 1960 y 1970 que falleció el domingo y que está siendo despedido en el Estadio de la Luz de Lisboa antes de ser enterrado en la zona norte de la capital lisboeta. AFP
Desafiando a la lluvia, miles de aficionados, muchos de ellos llorando y agitando banderas con la imagen del futbolista, encendieron bengalas rojas y cantaron el himno portugués en el Estadio de la Luz, donde se trasladó el féretro para un último homenaje.
A bordo de una limusina negra, el ataúd, recubierto con la bandera roja del Benfica, llegó al estadio del club de toda su vida a las 13h38 GMT y rápidamente fue llevado al centro del terreno de juego, donde fue instalado sobre una losa dorada.
El auto partió después para dar lentamente la vuelta al estadio, al tiempo que por la megafonía sonaba la canción “Con te partiro” cantada por el italiano Andrea Bocelli.
En primera fila estaban todos los jugadores del Benfica actual, reagrupados alrededor de su entrenador Jorge Jesus.
Ataviados con la bufanda del club lisboeta, los seguidores de Eusebio se dieron cita en el estadio para dar el último adiós al mítico jugador de los años 1960 y 1970, antes de que sea enterrado este lunes por la tarde en un cementerio del norte de la capital lisboeta.
Antes, multitud de personalidades relacionadas con el fútbol, jugadores del club y seguidores se citaron en la capilla ardiente del jugador, instalada en el propio Estadio de la Luz, para rendir su particular homenaje.
Su cuerpo fue expuesto ante una gran águila blanca con las alas desplegadas, símbolo del club lisboeta en el que Eusebio militó durante toda su carrera (de 1960 a 1975) y con el que ganó once ligas y cinco copas de Portugal.
Al pie del féretro se colocó una fotografía del exjugador en un marco rojo, decorado con orquídeas.
“Portugal ha perdido a uno de sus hijos más queridos, Eusebio da Silva Ferreira. El país llora su muerte”, dijo el domingo el presidente de la República, Anibal Cavaco Silva, resumiendo el sentimiento de todo un pueblo.
Eusebio da Silva Ferreira, apodado ‘La Pantera Negra’, falleció como consecuencia de una parada cardiorespiratoria a los 71 años y su capilla ardiente está instalada desde el domingo por la tarde en el Estadio de la Luz, donde tantas tardes brilló con la camiseta del equipo de toda la vida, el Benfica (1960-1975).
Portugal se despierta este lunes aún conmocionado por la muerte de uno de los mayores ídolos del país y las portadas de la prensa están dedicadas a Eusebio.
“Uno de los mejores de todos los tiempos”, “Un campeón eterno”, el “Héroe del Benfica”, son algunos de los titulares de portada que la prensa lusa dedica a Eusebio, tan admirado como futbolista como por su comportamiento fuera de los terrenos de juego, donde era considerado un “caballero”.
Traslado al Panteón Nacional
Algunas voces, incluso, han reclamado ya que sus restos se trasladen al Panteón Nacional, donde está enterrada, por ejemplo, Amalia Rodrigues, la Reina del Fado, otro de los grandes mitos portugueses fallecida en 1999.
Eusebio nació el 25 de enero de 1942 en Maputo, capital de Mozambique, entonces colonia portuguesa, en el seno de una familia numerosa (ocho hermanos en total).
A los 19 años fue contratado por el Benfica por sus prodigiosas cualidades técnicas y físicas, convirtiéndose en el mejor jugador portugués de todos los tiempos, rivalizando con grandes estrellas mundiales como el brasileño Pelé o el hispano-argentino Alfredo Di Stefano.
Pelé lamentó la muerte de su “hermano” y otras muchas personas relacionadas con el fútbol publicaron mensajes de recuerdo para Eusebio: el presidente de la FIFA Joseph Blatter, el seleccionador brasileño Luis Felipe Scolari, Zico, George Best o Bobby Charlton coincidieron en calificarle como una “leyenda” y “uno de los más grandes” futbolistas de la historia.
Fotos AFP
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