Con la consecución del Balón de Oro, el portugués Cristiano Ronaldo vuelve a la cima del fútbol, pero el argentino Lionel Messi, ganador del premio en los cuatro años anteriores, no renunciará fácilmente al trono. AFP/ Por Manuel CABELLO DUJO
Dos detalles serán recordados de la gala que la FIFA celebró el lunes por la noche en Zúrich: las lágrimas de CR7 al recoger su premio y el traje en tono burdeos que vistió Messi, que se está especializando en llamar la atención con su vestuario en cada ceremonia del Balón de Oro.
Las lágrimas de Cristiano Ronaldo fueron fruto seguramente del alivio que sintió por haber roto al fin el dominio de Messi.
La foto del portugués recogiendo el Balón de Oro entre sollozos acapara buena parte de las portadas de este martes. “Lloró” titula el diario deportivo madrileño marca, haciendo un juego de palabras.
“Lágrimas de Oro”, destacó por parte el diario portugués A Bola, mientras que el diario francés L’Equipe rotula “Oro y lágrimas y el alemán Bild Sport titula “Triunfan las lágrimas de Ronaldo”.
Buena parte de la prensa mundial destaca la justicia de la elección de Cristiano Ronaldo como Balón de Oro.
“No ha habido jugador mejor que él en este año natural, y no es otra cosa lo que pretende reconocer este premio en sus bases”, escribe el director del diario madrileño As, Alfredo Relaño, recogiendo un sentir generalizado.
Otros, más osados, auguran incluso un cambio de rey en el panorama futbolístico. La Gazzetta dello Sport italiana destaca, por ejemplo, que “después de cuatro años de dominio absoluto, se acaba la era Messi”.
Quizá un análisis un poco prematuro, sobre todo teniendo en cuanta la igualdad del resultado de las votaciones: 27,99% para CR7 por los 24,72% de los votos para Messi.
Incluso, el tercer finalista, el francés Franck Ribery, obtuvo el 23,66% de los votos, en una de las votaciones más cerradas de la historia.
Es curioso, no obstante, que mientras que todo el mundo reconoce que Messi y Ronaldo son los mejores jugadores de la actualidad y que ambos mostraron su respeto y admiración por el rival en la previa de la gala, ninguno de los dos se votó entre sí.
Así, en una elección en la que participan los capitanes y los seleccionadores de todos los países adscritos a la FIFA y un grupo de periodistas, Messi, como capitán de Argentina, votó a tres compañeros del Barcelona: Andrés Iniesta, Xavi Hernández y Neymar.
Y Cristiano, capitán de Portugal, dio cinco puntos al colombiano Radamel Falcao, tres al galés Gareth Bale y uno al alemán Mesut Özil.
Esto demuestra que el Balón de Oro se ha convertido en una lucha entre intereses comerciales y egos de las vedettes del balón, en el que el resto de personajes del fútbol tienen que andar con mucho cuidado para no herir sensibilidades.
Así, en la conferencia de prensa previa a la gala, la FIFA se vio obligada incluso a dar la palabra por orden alfabético, no fuese que éste o aquél se molestase por hablar antes o después.
El reconocimiento de Ronaldo como mejor jugador del mundo, no obstante, no es unánime.
La prensa de Barcelona y la de Argentina defendieron que Messi aún es el mejor. “Messi 4 – Cristiano 2” recordó el diario deportivo Olé, en referencia a los premios que ha ganado cada uno, mientras que el deportivo catalán Sport destacó que “Esta vez no ganó el mejor”.
Algo más objetivo se mostró Mundo Deportivo, que destacó “Cristiano gana… y Messi avisa: ‘No pienso en lo que hice, pienso en lo que viene'”.
Esas palabras, pronunciadas en Zúrich, demuestran que Messi, a sus 26 años, aún no renuncia a su trono como rey del fútbol actual.
El año que acaba de comenzar promete ser de nuevo una disputada lucha entre los dos cracks, aunque en año de Mundial como es éste, de la cita brasileña saldrá casi seguro el vencedor de la próxima edición del premio.
Pero aún quedan doce largos meses llenos de rivalidad, emoción y triunfos, pero sobre todo… un año repleto de fútbol.