De pronto el sonido de las maquinarias alertó a los habitantes. Una excavadora tipo oruga nuevamente invadió las calles de Mata Redonda, el urbanismo afectado por el Lago al sur de Maracay. Camiones lo acompañaban para recoger algunos restos de lo que supuestamente concretarían en el área: la demolición de las casas de la manzana 29 que colindan con el cauce del Río Madre Vieja, reseña El Carabobeño.
El temor se adueñó de los ya afectados habitantes de la zona. Las viviendas de quienes ya abandonaron sus inmuebles al aceptar ofertas del Ejecutivo regional, servirían de contramuro en caso de desbordamiento del río Madre Vieja como se registra en cada invierno.
“No permitiremos demoliciones en esta área porque ni siquiera los analistas de riesgo de Protección Civil nos dan garantía que no nos afecten esas demoliciones a quienes quedamos aquí”, dijo Silvia Carrasquel, propietaria quien sigue apegada de la sentencia indemnizatoria 1632 del Tribunal Supremo de Justicia.