Las tiendas Makro de toda Venezuela no lograron escapar de la escasez y la crisis económica que envuelve a todo el país y a través de las redes sociales se ha podido evidenciar como han quedado en su mayoría, a lenguaje criollo, peladas.
Y al parecer es tan grande el temor de los ciudadanos en Caracas, Valencia, Mérida y Trujillo de quedarse sin artículos y productos de primera necesidad y algunos de no tanta, que a pesar de lo vacíos que estén los estantes, permanecen en los alrededores las impresionantes colas, que en los últimos meses se ha vuelto costumbre.
La interrogante ahora sería, ¿qué hace que el venezolano permanezca en estas colas sin importar el sol inclemente o que tengan que esperar hasta 400 números para ser atendidos, o el simple hecho de que deban esperar que los GNB que cuidan los establecimientos tengan prioridad para la adquisición de los productos? ¿Este es el nuevo día a día? (RLP)