La deuda soberana de Venezuela retrocedió el jueves a mínimos de dos años, luego que el Gobierno de Nicolás Maduro modificó un estricto control de cambio para introducir un sistema dual de asignación de divisas, que encarece el dólar que pagan los venezolanos para viajar y remesar dinero.
La modificación, ampliamente esperada por el mercado, mantiene el precio del dólar a una tasa de 6,3 bolívares para la importación de bienes prioritarios, como alimentos y medicinas, pero también amplía el uso de una tasa secundaria cercana a 11,3 bolívares por dólar.
El Gobierno rechazó que se tratara de una nueva devaluación del vapuleado bolívar -que se mantiene anclado a un control de cambio desde 2003-, pero economistas sostienen que adquirir más importaciones a un tipo de cambio mayor acarrea una depreciación de la moneda.
El bono marcador de la deuda soberana del país petrolero, el Global 2027, perdía casi 2 por ciento de su valor el jueves, con respecto a la jornada previa, para marcar un precio de 68,944-70,778 y un rendimiento de un 14,542 por ciento, en su nivel más bajo desde noviembre del 2011.
“Los ajustes parecen muy graduales para tener algún impacto significativo en la estanflación y los desequilibrios fiscales y de bienes externos”, dijo Siobhan Morden, jefa para Latinoamérica de Jefferies en una nota a clientes.
Mientras, el bono de Petróleos de Venezuela (PDVSA) con vencimiento en el 2022, considerado la referencia de la deuda de la estatal, retrocedía 2,15 por ciento intradía para arrojar un rendimiento de 16,811 por ciento.
Tras asumir al poder en abril, tras la muerte de su predecesor Hugo Chávez, Maduro ha intentado combatir una crisis de escasez de productos básicos, un letárgico crecimiento económico, engorrosos procesos para la asignación de divisas y una inflación que cerró el 2013 como la más alta del continente.
Reuters