Justin Bieber es el último en una larga lista de problemáticos niños estrella que se descarrilan en su paseo por la fama y la riqueza. La pregunta es: ¿pueden las personas de su entorno salvarlo de un desastre mayor? Y si es así, ¿cómo?
¿Un centro de rehabilitación obrará el milagro? ¿O será necesaria una amorosa y dura intervención de parte de sus promotores o de su familia? Habrá que ver si las últimas escaramuzas con la justicia escarmientan al robacorazones canadiense de 19 años.
“Si yo fuera su ‘manager’, estaría tentado de enviar a Justin a su habitación por tres meses”, dijo a la AFP el profesor de cultura pop Robert Thompson.
“El problema es que hay 400 paparazzi sacando fotos fuera de su habitación, sin mencionar que él estará tuiteando desde allí. (Porque) si tuitea desde el destacamento policial, realmente va a tuitear desde cualquier parte”.
Aquellos que siguen de cerca las travesuras de Bieber, una estrella global con 49 millones de seguidores en Twitter, no se sorprenden de que su arresto en Miami Beach y su inculpación por agresión en Toronto -por dos incidentes diferentes- hayan sucedido con apenas una semana de diferencia.
La prensa del espectáculo, liderada por el sitio de las celebridades TMZ, ha estado registrando desde hace meses los encuentros del joven con la policía y sus altercados con los vecinos de la mansión donde vive en Calabasas, en el noroeste de Los Ángeles.
El cantante también se metió en problemas con las autoridades de Australia y de Brasil por pintar grafitis. Su pasó por Colombia también generó un escándalo. Y en Argentina, un fotógrafo lo demandó por agresión y fue denunciado por “ultraje” a la bandera nacional.
Pero, a diferencia de otros conflictivas estrellas infantiles, Bieber podría, en teoría, ser expulsado de Estados Unidos, donde hizo su carrera. Una petición a la Casa Blanca, que aboga por la deportación del cantante de “Baby”, superó el jueves las 200.000 firmas, el doble de las necesarias para que la Presidencia responda oficialmente al caso.
“Nos gustaría que el peligroso, irresponsable, destructivo y abusador de drogas Justin Bieber fuera deportado (…). No sólo amenaza la seguridad de nuestra gente sino que además es una influencia desastrosa para los jóvenes de nuestro país”, dice la petición.
Esto ocurrió luego de que Bieber fuera inculpado el 23 de enero de conducir ebrio, después de que la policía lo pillara corriendo una carrera ilegal de autos en Miami Beach, Florida (sureste).
Luego, el miércoles, la estrella pop se presentó ante la policía en la ciudad canadiense de Toronto para responder por una agresión contra el conductor de una limusina, cargo por el cual quedó imputado.
“Fondos ilimitados, fama ilimitada y una muy limitada guía”. AFP
No es el único menor famoso con dificultades al crecer. Los más célebres tal vez sean Michael Jackson, Britney Spears y Lindsay Lohan. Pero también han sufrido este fenómeno Macaulay Culkin, Demi Lovato y Zac Efron, quien ingresó el año pasado a un centro de rehabilitación.
“Tenemos aquí a un adolescente con fondos ilimitados, fama ilimitada y una muy limitada guía de parte de padres o mentores”, comentó a la AFP Michael Grieco, un abogado defensor y exfiscal en Florida no vinculado al caso.
“He representado a muchas personas que viven en un mundo donde no hay consecuencias, y es muy difícil lograr que entiendan el mundo donde el resto de nosotros vivimos”, prosiguió. “Tal vez Justin nos sorprenda, pero conociendo la historia, lo dudo”.
La prensa indicó que el padre de Bieber, Jeremy -quien se separó de la madre cuando la estrella era aún un bebé-, estaba involucrado en la carrera ilegal de coches.
Algunos criticaron a su familia. Los últimos problemas de Bieber “pueden ser vistos como el resultado de la permisiva crianza moderna; la suya es es una historia que nos advierte sobre los riesgos de crecer sin un padre y en un hogar con una madre sola”, indicó el diario canadiense Globe and Mail.
Como muchos artistas del entretenimiento no estadounidenses, Bieber -quien, según la revista Forbes, ganó 58 millones de dólares en 2013-, vive y trabaja en Estados Unidos con una visa O-1, una especie de visa de trabajo VIP.
Thompson dijo que el riesgo de deportación es mínimo. “No puedo imaginar que lo deporten. Tenemos muchos casos locales que son una influencia mucho peor que Justin”.
Pero agregó que, si bien las jóvenes celebridades con frecuencia se descarrillan, las modernas redes sociales hacen que cada mal paso sea visto bajo una implacable luz pública.
“En la era dorada de Hollywood, las estrellas se metían en problemas todo el tiempo, pero los estudios normalmente podían desmentirlos. Conocían a los periodistas”, dijo Thompson. “Pero eso es imposible ahora. Estas historias salen a la luz”.
El abogado Grieco coincidió: “Yo intentaría mantener a mi cliente fuera de Twitter e Instagram por un tiempo y mantener bajo perfil”.